¿CÓMO AYUDO AL ABUEL@?

  Es importante que enseñemos desde pequeños a los niños la importancia de las personas mayores y a ayudarles porque por un lado les hacemos partícipes de su cuidado, y por otra les enseñamos a que aprecien los verdaderos valores de la vida. Y ¿cómo podemos hacer que los más pequeños se impliquen en ello?

 

 

 

Su abuela, por parte de padre, lleva ya algunos meses en tratamiento a causa de pérdida de memoria. Los niños se dan cuenta y preguntan por qué la abuela no se ha acordado de su cumpleaños o qué porqué siempre está contando cosas de cuando era pequeña.  Además, ella se ha empeñado en no hacer los ejercicios que le ha

Ahora existen algunas apps como Stimulus, que se basa en la realización de una serie de ejercicios que trabajan la memoria desde distintos puntos de vista (atención, memoria a largo plazo, razonamiento etc.) y que pretende retrasar el deterioro cognitivo que se produce a causa de la edad, por una lesión o por una discapacidad.

Una forma de ayudar es realizar estos pequeños ejercicios de entrenamiento de memoria con la abuela. Ella no sabe utilizar la tablet, pero los niños la ayudan y el estar con mis hijos le da una motivación extra. También ellos se consideran importantes cuando están ayudando a la abuela ya que se sienten mayores y la ven más contenta. Esta actividad se ha convertido en rutinaria y los niños están con la abuela veinte minutos diarios practicando los ejercicios con ella.

El mercado tradicional siempre ha sido uno de mis lugares preferidos. Recuerdo los días en los que iba a ayudar a mi madre a hacer la compra semanal y la relación tan especial que teníamos con los vendedores. No quiero que se pierda esa tradición y esa tarea se la he trasladado a mis hijos. Los fines de semana los niños van con su abuela a comprar al mercado y se lo pasan fenomenal. Aparte de estar toda la mañana ayudando a su abuela, están aprendiendo a hacer la compra seleccionando los productos frescos y de calidad, realizando operaciones matemáticas con el cambio de dinero y relacionándose con los comerciantes.

 

También es fundamental que los abuelos salgan a la calle todos los días. Muchas veces la soledad hace que se vuelvan perezosos y que cada vez tengan menos ganas de hacer cosas. Para evitar esa apatía podemos insistir en que los nietos salgan con ellos a dar un paseo. No es necesario que recorran largas distancias. Simplemente con el simple hecho de ir a comprar el pan el beneficio que tendrán nuestros mayores es increíble además de crear un hábito saludable entre los más mayores.

 

 

En definitiva, estas diferentes formas de ayudar a los mayores constituyen la mejor forma de construir la sociedad del futuro, una sociedad en la que los niños y los ancianos tengan un lazo de unión que tendrán siempre en su memoria y donde los valores como la ayuda y la solidaridad estén presentes durante toda su vida.

 

 

 

 

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