CRÓNICAS DE UNA MUJER ESTRESADA: SAN VALENTÍN APESTA

Si, tenéis toda la razón, a veces perezco una vieja pero hay situaciones que ya con mi edad me parecen un tanto surrealistas. San Valentín se acerca y para mí es como el COCO abominable que viene a comerse a los niños más pequeños…

 

Os contaré como fue mi San Valentín del año pasado, digno de mención.

Una de las preguntas que me hago en estas fechas, y también en que hace la gente con las colonias que Cupido les trae en estas maravillosas fechas.  . Cuando viajo en transporte público pienso en todas esas botellas de colonia, perfectamente alineadas en los armarios del baño, en sus cajitas preparadas para esperando el momento que nunca llegará porque por lo que puedo observar el uso de colonia y productos de limpieza en la población, al menos en el metro, suele ser más bien escaso.

Tras este paréntesis que ha surgido de mi cabeza, no sé muy bien porque, pasaré a hacer mi pequeña reflexión sobre el día de san Valentín.

 

 

 

 

Desde hace años no albergó ninguna esperanza de que Boliche tenga ningún detalle de cualquier tipo, material o verbal, conmigo en este día así que bajo mi lema no esperes nada de nadie, je te irá mejor, me he levantado dispuesta a enfrentar el día con mi mejor cara, la de perro bulldog.

Al menos hoy en el trabajo a ningún marido cariñoso se le ha ocurrido mandar un ramo de flores a su mujer. Sinceramente me parece un detalle bonito, aunque no os lo creáis, pero a veces el hecho de mandarlo al trabajo tiene una doble lectura o el marido es un egocentrismo de cuidado y quiere que todo el mundo le conozca como el señor perfecto que manda flores a su mujercita, o por el contrario a veces pienso que es la propia mujer la que se lo manda y porque los hombres no reciben nunca flores o al menos yo no lo he visto en mis años de existencia, también tienen derecho a recibirlas ¿no?

En el trayecto de vuelta del trabajo también había varías chicas que iban con frondosos ramos en el metro, cosa que me iba recordando, y creo que no era la única, que nuestros hombres no se iban a acordar de nosotras en todo el día.

Al llegar a casa me esperaba la auténtica sorpresa:  coco había cogido un virus y tenía «cagalera», y había dejado todo su rastro por toda la casa. En ese momento me acorde de mi reflexión mañanera sobre las colonias y ahí estaba el reflejo de mi karma mostrado un una laguna de caca regada por toda la casa.

Pero no penséis que todo fue un desastre, mis hijas habían intentado hacer su propia creación de una tarta RED VELVET siguiendo los pasos de un vídeo de YouTube, que decir querido parecido con la realidad era pura coincidencia, pero al menos alguien se había acordado de mi dedicación por esta familia.

 

 TARTA DE YOUTUBE

(LA DE MIS HIJAS NO LA ENSEÑO PORQUE

ME DA VERGÜENZA AJENA)

 

Y vuestro san Valentín ¿cómo se presenta?