AHORRA TIEMPO Y DINERO MONTANDO TUS PROPIOS ESTORES. EL POST INVITADO

En muchas ocasiones a la hora de hacer ciertos trabajos en el hogar recurrimos a profesionales sin pensar que podemos hacer ese trabajo nosotros mismos ahorrando tiempo y dinero. En este caso puntogar nos ofrece de esta forma tan divertida todas las posibilidades a la hora de montar y colocar nuestros estores.

 

UNA MAMI “2.0” INSTALANDO ESTORES

Entro por la puerta después de dejar a uno de los niños en el colegio. Marcos se ha levantado con bastante tos y hoy se quedará en casa conmigo. Hemos llegado con el tiempo justo a clase y se me ha roto el paraguas tres calles antes de llegar al portal. El martes no podía empezar peor, pensaba Cristina mientras quitaba a su hijo el abrigo empapado de agua.

 

  • Cariño, ponte el pijama y vete al salón a ver los dibujos. Te haré un zumo de naranja.
  • Mamá, están llamando, – gritaba Marcos desde su habitación.

 

Suena el timbre.

 

  • ¡Por fin, mis estores, mis esperadas cortinas enrollables opacas!– pensó Cristina. ¡La única buena noticia de esta horrible mañana!

 

Sin embargo, no había terminado de decir la frase cuando se dio cuenta de que su hermana Teresa estaba de viaje y ( aunque prometió enseñarle a instalarlos) tendría que esperarla.

 

  • Con la de ganas que tenía de verlos instalados. Aunque, ¿si me animo a montarlos yo sola?, – se preguntaba Cristina.

 

Marcos, ¿sabes que te digo?, que voy a intentar poner los estores. No tiene que ser tan complicado y en las guías rápidas me han dado una serie de trucos para instalarlos como toda una profesional (se animaba Cristina).

 

Verás la sorpresa que se llevan tu hermano y tu tía cuando lleguen a casa y los vean.

 

Cristina abre la caja con los estores y enseña a Marcos los tres que ha comprado.

 

Concretamente se ha decidido por el modelo estor screen con un 3% de factor de apertura para el cuarto de baño.

  • ¿Te gusta este estor para el aseo de la habitación de mamá? – pregunta Cristina a su hijo.

 

  • Si – responde su hijo sin despegar la vista de los dibujos animados de la televisión.

 

  • Hijo, necesitaré tu ayuda mientras coloco estas nuevas cortinas enrollables, tú me vas diciendo si están derechas cuando te pregunte. Y luego cuando acabe tú vamos a ver una de tus películas favoritas. ¿Te parece?

 

  • Vale mamá.

 

Cristina desembala los otros dos estores que ha comprado en la tienda online para la cocina y para el salón. El primero es un estor modelo noche y día con el que se puede regular manualmente la luz que entra; mientras que para el salón se ha decantado por uno de lino en tono blanco.

 

Quedarán fenomenal. No veo el momento de verlos instalados, – ya determinada Cristina.

 

Bueno Marcos, empiezo. Voy a leer paso a paso las instrucciones que me han dado.

 

 

Manos a la obra

 

  • Primero, tengo que posicionar el estor (comenta Cristina toda concentrada y sin perder detalle a los pasos que le han explicado). – Además, he comprobado con el inventario del planillo que no me falta ningún elemento (repasa mentalmente, al tiempo que saca de la caja el estor y los dos soportes).

 

Mira Marcos, lo primero que tengo que hacer es colocar este soporte que se llama A en el extremo del estor donde no va la cadena. ¿Ves?

 

-“Una escalera siempre debe ser segura, hermana” recordó las palabras de Teresa en la tienda donde la compraron mientras sentía su buena estabilidad al subir los peldaños y situar el estor sobre la ventana centrándolo. –¿Está derecho, Marcos? (preguntó al chaval que la miraba con cierta preocupación) – Súbelo un poco de allí, mamá (señalo a su derecha)- Ahora? – ¡Sí, ahora no está torcido!

 

Cristina marca entonces dónde irán los soportes laterales, para no tener problemas a la hora de abrir la ventana.

 

 

 

Bajó el estor y cogió el primer soporte a modo de plantilla. Ahora con este lápiz voy a dibujar en la pared los puntos donde voy a taladrar para poner luego los tacos. Veo que esto me está resultando muy sencillo… ¡veras tu tía Teresa cuando lo vea!

 

 

 

Taladró en las marcas mientras marcos se tapaba los oidos y metió los tacos.

– ¿Y ahora que tienes que hacer mamá?, – le pregunta intrigado Marcos.

 

– Pues, según pone en las instrucciones, vamos a colocar uno de los extremos del estor en el soporte que he colocado. Así, ¿ves? Y voy subiendo este otro lado hasta que quede recto.

 

Bien, y ahora colocaré el segundo soporte, el B, a modo de plantilla otra vez  y vuelvo a hacer una señal donde irán los agujeros.

 

(Ruido de taladro y Marcos vuelve a taparse los oidos. Cristina lo ve y sonríe).

 

 

 

 

  • Es solo un momento. Ya tengo colocado este segundo soporte, – decía a a su hijo al tiempo que acoplaba el estor al soporte inicial y basculaba de nuevo hacia el otro.

 

Esto está casi terminado, Marcos. Ahora solo nos queda colocar la cadena para subir y bajar el estor cuando queramos.

 

  • ¡Qué bonita! ¡es de bolitas! ¿Y como se coloca, mamá?

 

  • Muy fácil. Escucha, voy a colocar la cadena en este extremo y la voy a fijar. Me tienes que ayudar, cuando escuches un click me dices, ¿entendido?

 

 

(Ruido de click).

 

  • Ahora mamá.

 

  • Perfecto Marcos. Creo que estamos terminando. Cristina bascula el estor hacia su segundo soporte y, suavemente, lo acopla a éste. Colocamos los embellecedores de los soportes y listo.

(Bajó de la escalera casi sin creerse que ya había terminado y desenrolló el estor. Ambos se quedaron mirándolo)

 

– Este es muy bonito, pero el de los minions de mi cuarto me gusta más.

 

  • ¡Ja, ja, ja!… !Claro! Qué contenta estoy, me ha quedado genial. Ya he instalado yo sola un estor. Ahora vamos a por los otros dos que también son estores enrollables.

 

Antes de la hora de comer, Cristina recibe una llamada de su hermana Teresa que está llegando. Se ha adelantado su regreso.

 

  • ¿Qué tal todo? ¿cómo están los niños? ¿me habéis echado de menos?, – le pregunta Teresa a su hermana.

 

  • Si, mucho, y estoy desesperada (le mintió).

 

  • ¿Qué te pasa?

 

  • Pues me han llegado hoy mismo los estores para la cocina, el baño y el salón que te dije que compre el otro día en Puntogar. Pero yo sola no puedo ponerlos, necesito tu ayuda (siguió con su farsa).

 

  • Tranquila, en menos de media hora estoy allí y los ponemos en un momento. Ya viste lo fácil que fue medir estores enrollables ¿no? Pues instalarlos es igual de fácil o más.

 

  • Qué pena, yo que quería darte una sorpresa y hacerlo yo, pero ya sabes lo desastre que soy para las cosas del bricolaje.

 

  • No te preocupes, entre las dos verás cómo es sencillísimo.

 

  • Perfecto, aquí te espero.

 

Pasados unos minutos, se oye el ruido de unas llaves en la puerta. Ha llegado Teresa.

 

No me quero ni imaginar su cara de sorpresa al llegar, pensaba Cristina.

 

  • Vamos a la cocina que con el sofoco que tengo quiero un vaso de agua, (le decía Cristina a su hermana). Marcos miraba divertido desde el salón.

 

  • No te preocupes, puede que no seas una ‘manitas’ en el bricolaje, pero haces los mejores disfraces del mundo y además conduces mucho mejor que yo. No veas lo nerviosa que me he puesto en el atasco según venía a casa, – le decía Teresa mientas se dirigían a la cocina.

 

Cristina abre la puerta de la cocina y observa los ojos como platos de su hermana.

 

 

  • ¡Qué te parece!, (grita emocionada Cristina).

 

  • Pero bueno, serás mentirosilla, si están colocados y quedan fantásticos. Y me imagino que también habrás instalado los otros dos, (pregunta Teresa).

 

– Si, mira:

 

Mientras veía como mi hermana se alejaba por el pasillo me sentí muy orgullosa de haber podido instalar yo sola estos estores enrollables de forma tan sencilla. Sin duda, siento elevada mi autoestima, pensaba Cristina feliz.

 

Os lo recomiendo, chicas. No esperéis ya a que vuestra pareja

tenga tiempo o a gastaros el dinero con un profesional.

 

 

Si necesitáis instalar un estor enrollable, seguir las guías rápidas que los profesionales tienen para vosotras.

 

No os arrepentiréis.

 

¿Os ha resultado de ayuda este post explicativo? Darnos vuestra opinión, tenemos más cosas interesantes que enseñaros para que aprendáis a hacerlas vosotras mismas.