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¿Alguna vez os ha pasado estar comiendo y no daros cuenta ni siquiera qué estáis comiendo?

A mi sobre todo me suele pasar cuando estoy estresada, llego a casa y pillo cualquier cosa que hay por la nevera e incluso muchas veces ni me acuerdo de lo que he comido.

Esta situación se ha visto acrecentada desde que soy madre: cada día voy acelerada, con mil cosas en la cabeza y todo eso hace que coma descontroladamente.

 

Hace unos meses cayó en mis manos un libro que me llamó mucho la atención “Mindful eating”, escrito por el doctor José Luis Sambeat.

Seguramente ya hayáis oído hablar del Mindful, una serie de técnicas relacionadas con la meditación, que van dirigidas a que seamos conscientes de lo que nos rodea y que disfrutemos de las cosas que tenemos en el presente.

Si os dáis cuenta la mayor parte del día nos pasamos “rumiando” sobre cosas que pasaron en el pasado o pensando en el futuro, pero realmente no vivimos el presente apreciando en cada momento.

La portada del libro ya nos da pequeñas indicaciones de lo que vamos a encontrar en el interior de sus páginas: “un libro que te ayuda a romper la relación insana con la comida y te enseña a reconciliarte con los alimentos”.

Realmente si me paro a pensar muchas veces la propia ansiedad hace que coma alimentos que ni siquiera me apetece comer, la mayor parte de ellas engullendo sin saborear realmente la comida.

El libro también avisa que no tenemos que tener prisa por tener los resultados deseados: el Mindfulness preciamente aboga por eliminar las prisas de nuestras vidas.

En las primeras páginas del libro he encontrado la clave de porqué me apetece comer dulce todas las noches: el estrés hace que generemos continuamente cortisol, una hormona que puntualmente nos ayuda en casos de estrés. Pero hoy en día estamos estresados continuamente, liberando esta hormona continuamente lo que hace que el organismo se desgaste y que aparezcan enfermedades como la hipertensión, arritmias, obesidad).

¿Y cómo disminuye el cortisol? Una de las formas es con la ingesta de azúcar, pero este es un remedio a corto plazo. Cuando estamos estresados generamos cortisol, y esto hace que nuestro cuerpo tenga síntomas desagradables. Si tomamos azúcar, esos síntomas (como nerviosismo, insomnio etc) desaparecen por breve tiempo. (Por eso a algunas personas, cuando tenemos ansiedad, nos apetece comer algo dulce).

 

 

 

El libro está configurado como una especie de dietario en el que vamos a tener que ir apuntando nuestros avances y progresos semanalmente.

Es importante que vayamos rellenando toda la información, ya que así nos daremos realmente cuenta de lo que estamos haciendo bien y de los errores que estamos cometiendo.

También en cada apartado se dan una serie de tareas que tenemos que ir realizando, como hacer una lista con las comidas que vamos haciendo a lo largo del día, apuntar el ejercicio que practicamos o apuntar el momento más positivo que hemos tenido a lo largo del día (muchas veces esa ansiedad que nos entra por la comida está relacionada con cosas negativas que nos han pasado a lo largo del día y encontramos “consuelo” en la comida).

Además nos tenemos que poner “mini-metas” diarias que podamos cumplir, metas reales. Si ponemos metas muy altas al final abandonaremos antes nuestro objetivo, puesto que no las cumpliremos. Alcanzar una meta más pequeña nos ayuda y nos motiva para que sigamos adelante.

El libro además se completa con diferentes ejercicios de Mindful y la introducción de hábitos saludables en nuestras vidas.

Ya os digo que no es fácil, pero poco a poco he visto que practicando estos ejercicios voy consiguiendo controlarme (no todos los días, pero al menos ya es un avance).

Lo que sí que hago ahora más veces es que, cuando me siento a la mesa, veo la comida de otra manera y pongo mis cinco sentidos en disfrutar de la comida, sin pensar en otras cosas, hecho que antes no hacía.

 

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