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Cuando vamos a ser padres por primera vez son muchas las personas que ya nos iban advirtiendo «aprovecha para dormir ahora porque luego no lo podréis hacer» ¡qué razón tenían! El dormir de los niños es uno de los quebraderos de cabeza más importantes que tenemos los padres.

Yo todavía no he conseguido que mis hijos se duerman solos en la cama, así que no soy buen ejemplo a seguir, pero daré mi opinión sobre el método Estivill, tan criticado duramente por muchas personas.

La primera vez que oí hablar de este método fue en un programa de televisión, donde un niño de unos 3 años al que intentaban dormir por este método, profería todo tipo de insultos como si fuese la niña del exorcista. Creo que la mitad de España vio ese programa porque luego lo estuvimos comentando en trabajos o incluso en el supermercado oías a las personas comentar ese caso.

Mi hermana probó con mi sobrino este método, pero el niño tiene asma y cada vez que lloraba y gritaba devolvía y se ahogaba, así que dejaron de utilizarlo y el niño se salió con la suya y se fue a dormir en la cama de sus padres.

Años después, y antes de ser madre, cayó el libro en mis manos y decidí leerlo para ver en qué consistía ese «terrorífico método». Básicamente era dejar llorar al niño (siempre vigilado) y que poco a poco se fuese dando cuenta de que sus padres no iban a estar adorándole toda la noche al lado de la cama. Lo que más me sorprendió del libro no era el método en sí, sino lo que hacían los padres para poder dormir a sus hijos: bajarles a dar una vuelta con el coche, ponerles la televisión toda la noche… en fin, cosas que en ese momento me parecieron surrealistas, pero que ahora entiendo mejor, porque cuando estás cansado haces lo que sea porque tu hijo se duerma.

Cuando nació mi primer hijo se despertaba como 5 ó 6 veces todas las noches y le costaba conciliar el sueño: probé de todo, cantarle canciones, acunarle, estar a su lado… y cuando estos métodos más suaves no hacían efecto decidí pasar al método Estivill. Realmente mi experiencia con el método no fue muy larga. En el libro te recomiendan que no cedas, que seas fuerte, que los niños saben hasta dónde pueden llegar, pero yo oía esos llantos y no podía aguantar más de tres minutos sin cogerle. Al final el niño se duerme todos los días en el sillón y le tengo que llevar a la cama.

Con el segundo ya fue diferente. Creo que a los primeros les tenemos más mimados y todo nuestro tiempo es para ellos, pero los segundos no cuentan con tanta atención. En el caso de mi segunda hija ya cuando nació dormía 8 horas seguidas desde la primera semana, no se levantaba en medio de la noche, así que ya como punto de partida la diferencia era muy grande. Además tuve que dejarla con mi madre cuando me puse a trabajar y cuando la recogía me decía «se duerme solita, la echo en la cama, llora un poco pero al minuto ya está dormida». Mi madre es una verdadera experta en crianza de niños, ya que tuvo que criar a 6 hermanos y luego ayudar con los nietos y precisamente sin saberlo estaba aplicando el método Estivill y le estaba funcionando a las mil maravillas.

Creo que sobre todo el éxito de este método reside en la resistencia de los padres y también en las características del niño. Ha sido muy criticado y tachado de «cruel», pero cuando lo he utilizado con mi hija por recomendación de mi madre no he visto que le haya causado ninguna experiencia traumática y se levanta muy contenta de las siestas. Eso sí, tampoco he conseguido que por las noches se vaya solita a la cama (soy demasiado blanda para el método).

Por cierto, al final recuerdo que el niño del reportaje de televisión se dormía plácidamente en su cama, aunque no se si los padres todavía tendrán pesadillas.