El verano con niños hace que se sucedan cientos de momentos especiales en los que valoramos la importancia del tiempo en familia y son esos pequeños instantes son los que recordaremos toda la vida.

Siempre he pensado que la tecnología no era para mí, pero desde que tengo hijos, mi  video camara se ha hecho imprescindible entre mis básicos de verano y va junto a mi dónde quiera que esté. 

Y gracias a ella, esos momentos inolvidables que forman parte de cada uno de nosotros pueden ser compartidos con familiares y amigos. El instante de la vida de mis hijos reflejado por mi cámara es la huella de nuestra historia y para mí es el mejor regalo que puedo tener.  

Uno de esos momentos más bonitos y que recuerdo con gran cariño es día en que mi hijo pequeño comenzó a dar sus primeros pasos. En mi familia siempre hemos sido bastante “patosos” y eso de andar no se nos ha dado nunca bien.

El niño ya había cumplido un año y medio y no andaba ni gateaba. Familia y amigos nos decían constantemente que era raro que un niño de su edad no anduviese y comenzó a ser para mí una verdadera preocupación.

Ese verano decidimos pasar unos días  en la playa con toda la familia ,con el consiguiente caos que supone ello. Carritos de bebé por todos lados, sombrillas, toallas, crema para el sol, tumbonas… y estrés, mucho estrés.

Pero recuerdo esos días con una emoción muy muy especial.

En su primer día de playa, Dani comenzó a andar. Quizás fueron las olas, quizás los nervios de encontrarse con un paisaje nuevo para él, pero dio sus primeros pasos en el mar y pudimos inmortalizar ese momento con una alegría inmensa. 

A partir de entonces siempre llevo conmigo mi videocámara que se ha convertido en mi pequeña caja de tesoros.

Porque en la vida los momentos inolvidables debemos conservarlos para siempre.

Los pediatras de Atención Primaria recuerdan que 8 de cada 10 ahogamientos infantiles en España se producen en piscinas privadas y piden extremar las precauciones.

“En las piscinas privadas o de viviendas unifamiliares se dan el 80% de los ahogamientos infantiles en nuestro país”. Así lo explica la Dra. María Jesús Esparza, portavoz de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). En España, las piscinas privadas aún no están sometidas a normas obligatorias. En cuanto a las comunitarias, las normas varían en función de Comunidades Autónomas y ayuntamientos. Por ello, desde la AEPap, con ocasión de la llegada del verano y de las vacaciones escolares, se recomienda extremar las precauciones en estos espacios y, en general, en todas las actividades acuáticas y al aire libre.

“El riesgo es mayor en momentos de confusión”, indica la Dra. Esparza. “Por ejemplo, al llegar a un hotel con piscina, en cumpleaños que se celebran en torno a una piscina… En estas situaciones, puede ser una buena idea hacer turnos entre los adultos para vigilar a los niños”, propone.

Las recomendaciones para evitar ahogamientos en menores pasan por no dejarlos nunca sin vigilancia. Aunque es positivo que aprendan a nadar pronto, es necesario vigilar incluso cuando los niños saben nadar, pues “pueden surgir problemas imprevistos mientras están en el agua”, señala la Dra. Esparza. Una de las principales recomendaciones de los pediatras de Atención Primaria es no dejar a los niños pequeños al cuidado de niños mayores, pues “pueden despistarse y perder de vista al pequeño”, asegura. En cuanto a la playa, el consejo de AEPap es “seguir las indicaciones de los vigilantes y no bañarse cuando nos dicen que las condiciones del mar no lo permiten”.

La AEPap cuestiona, sin embargo, otras recomendaciones tradicionales, como las relacionadas con el denominado “corte de digestión”. La Dra. Esparza comenta que este término “es muy confuso, ya que en realidad se trata de una ‘hidrocución’, un choque de temperaturas entre el cuerpo (caliente) y el agua (fría)”. Si se produce este choque se puede ralentizar de forma refleja la frecuencia cardíaca y puede haber pérdida de conocimiento e incluso paro cardíaco y, por lo tanto, ahogamiento. “Esto no tiene nada que ver con la digestión, pero tras las comidas muy copiosas, es más probable que ocurra”, explica la Dra. Esparza. Sin embargo, “es raro que un niño haga comidas copiosas en verano, por lo que la prohibición del baño en las dos o tres horas después de comer no tiene sentido. Sobre todo, si el agua no está especialmente fría. Podría ser peor, si en esa espera el niño está jugando al sol y luego se tira de golpe al agua”.

El medio acuático es sólo uno de los aspectos relacionados con el verano en el que hay que extremar las precauciones, de acuerdo con AEPap. Los pediatras de Atención Primaria también recuerdan la necesidad de emplear protección solar en todas las actividades al aire libre, así como prevenir el golpe de calor. Para evitar que los niños lo sufran es necesario “dejar que beba agua con frecuencia y evitar el ejercicio físico en condiciones extremas de calor”, explica la Dra. Esparza.

Otro riesgo de las actividades al aire libre son las picaduras de insectos, arácnidos o animales marinos. En el primer caso, se pueden prevenir “aplicando repelentes en la piel o la ropa. Son preferibles los naturales a los que contienen dietiltoluamida”, explican los pediatras de Atención Primaria en su web Familia y Salud. En cuanto a los niños sensibilizados a las picaduras de avispas y abejas, deben adoptar precauciones adicionales, como no caminar descalzos, evitar las ropas de colores brillantes o muy llamativas y los olores intensos, como las colonias.

Respecto a los animales marinos, como las medusas, se recomienda “lavar la herida, sin frotar, con agua salada o suero fisiológico y retirar restos”. Si la reacción es grande, se recomienda aplicar una crema de corticoides.

FUENTE: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

La alergia a la fruta ha aumentado un 34% en los últimos años y es la causa más habitual de alergia alimentaria en nuestro país seguida de los frutos secos.

Las alergias alimentarias, a diferencia de las intolerancias, son una respuesta anómala del organismo a determinados alimentos que de otro modo serían inofensivos, implicando al sistema inmunitario. La reacción puede ocurrir en minutos o a las pocas horas.

Según la Declaración Pública sobre la Alergia a los Alimentos y la Anafilaxia de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI, por sus siglas en inglés), en torno a un 3% de la población española (1.330.000 personas) padece alergia a alimentos y, el mismo organismo indica que la evitación de alimentos puede generar efectos adversos físicos para las personas, ya que se pueden producir desequilibrios dietéticos.

Además, según el informe Alergológica 2015 de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la alergia a las frutas ha aumentado un 34% en 10 años, convirtiéndose en la causa más frecuente de alergia a alimentos en nuestro país, seguida de los frutos secos. En dicho informe, se indica que casi el 60% de las reacciones alérgicas inducidas por frutas se debe a una proteína transportadora de lípidos llamada LTP, que se encuentra en el reino vegetal. 

Esta proteína se caracteriza por su alta resistencia a las enzimas digestivas y al aumento de temperatura, por lo que adquiere la capacidad de sensibilizar directamente por vía digestiva. Una de las primeras frutas con las que se describieron los síntomas fue el melocotón.

Las reacciones alérgicas producidas por LTP son normalmente sistémicas y graves —síntomas gastrointestinales, náuseas, vómitos y diarrea, urticaria generalizada o por contacto y también asma grave e incluso anafilaxia—. En concreto, la alergia a alimentos, es una de las causas más frecuentes de anafilaxia. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los síntomas sistémicos son precedidos del síndrome de alergia oral (SAO), caracterizado por síntomas localizados en boca y garganta como cosquilleo, hormigueo e inflamación de labios, irritación de garganta.

Tratamiento de las alergias alimentarias

Para tratar las alergias a las LTP, hasta hace poco tiempo, en alergología, la única recomendación disponible era la evitación de los alérgenos responsables de la dieta, a pesar de que, para los pacientes y su entorno, esta medida supone un trastorno psicosocial, además de un posible déficit nutricional en aquellos casos en los que hay varios grupos de alimentos implicados. Otra de las sugerencias que hacen los alergólogos es la inmunoterapia sublingual específica, indicada en general en la alergia al melocotón, frutas rosáceas y otros alimentos de origen vegetal.

“En las enfermedades alérgicas es clave el  correcto diagnóstico y tratamiento realizado por un especialista en alergología y es una obligación legal la concienciación por parte de los profesionales de la alimentación y hostelería para un correcto etiquetado de los alimentos y de la manipulación de éstos para evitar reacciones accidentales”, ha afirmado la presidenta del Comité de Alimentos, Mónica Antón.

Para más información relacionada con las alergias se puede consultar la siguiente web.

FUENTE: ALK-Abelló

Los alimentos pueden tener fecha de caducidad o fecha de consumo preferente. Los primeros pueden ser perjudiciales para nuestra salud si los consumimos fuera de fecha, los segundos no ponen en peligro la misma. ¿Pero, cuales son?

Esta mañana mi hija mayor iba a desayunar tostadas de pan de molde y al coger el paquete ha visto que la fecha de consumo preferente era de hace varios días. Yo le he dicho que no pasaba nada por que se comiese el pan unos días más tarde , pero después, me ha asaltado la duda de si lo que le estaba diciendo estaba bien o no.

Por eso me he zambullido en Internet primero, para saber la diferencia que hay entre fecha de caducidad y consumo preferente, y segundo, para conocer los alimentos que son seguros para el consumo aunque su fecha ya haya cumplido.

La fecha de caducidad indica cuándo un alimento deja de ser seguro para el consumo desde el punto de vista sanitario. A partir de esa fecha el producto no se debe ingerir. Se utiliza en productos muy perecederos como carnes, pescados, productos al vacío o pasteurizados.


La fecha de consumo preferente, por el contrario, indica hasta qué fecha el alimento mantiene intactas sus propiedades, siempre y cuando el envase no se haya abierto. A partir de esa fecha, el producto empieza a perder algunas de sus cualidades físicas, pero su consumo sigue siendo seguro.

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) nos ofrece la lista de los diez alimentos con fecha de consumo preferente que no suponen ningún problema para nuestra salud si se consumen fuera de fecha mientras no estén abiertos ni presenten envases cuyo deterioro sea evidente. El sabor que puedan tener puede o no variar dependiendo del producto pero

No hay problema por consumir estos 10 alimentos con fecha de consumo preferente días o semanas después, mientras no estén abiertos ni presenten signos de estar deteriorados. Eso sí, puede que tengan peor sabor o textura:

Yogures.

Pan de molde.

Patatas fritas y frutos secos.

Bollos y galletas.

Refrescos y alcohol.

Pastas, arroces y legumbres.

Mermelada y mantequilla.

Embutidos y quesos curados.

Sopas y salsas de sobre.

Envases de tomate.

Por otro lado, hay alimentos que no llevan ni fecha de caducidad ni fecha de consumo preferente, como por ejemplo: las bebidas alcohólicas con una graduación superior a un 10% del volumen; frutas y hortlizas fresca; pan y bollería de consumo en 24 horas, vinagre, sal, azúcar, chicles… Eso no quita que se estropeen al cabo del tiempo, pero no tienen obligación de llevar una fecha de caducidad.

Fuente: OCU.