¿A qué se debe la sordera en los niños?

La sordera en niños es algo a lo debemos prestar mucha atención ya que un diagnóstico tardío puede afectar al lenguaje y al desarrollo de habilidades sociales en los más pequeños. Pero,  ¿A qué se debe la sordera en los más pequeños? ¿Cómo detectarla?

Cuando tenemos nuestro primer hijo los padres estamos pendientes de cualquier indicio que nos resulte extraño a la hora de detectar cualquier enfermedad en los más pequeños. En el caso de la hipoacusia o sordera puede haber signos muy evidentes de que nuestro pequeño no oye bien, pero hay algunos casos en que estos son más difíciles de detectar.

La hipoacusia es la dificultad total o parcial para escuchar sonidos y la más de un sesenta por ciento de las sorderas infantiles tienen un origen genético o enfermedades que ha tenido la gestante durante el embarazo como es el caso de la rubeola o la toxoplasmosis.  

La detección temprana por parte de los padres es importantísima ya que puede afectar al desarrollo del habla, el lenguaje y a sociabilización de los más pequeños.  Pero ¿Cuáles con los síntomas que presentan los niños con hipoacusia y a los que debemos estar alerta?

¿Cómo detecto si un niño padece sordera?

Es cierto que los padres tenemos un sexto sentido y sabemos cuándo a nuestro hijo le pasa algo y en los bebés hay síntomas que son muy evidentes:

  • El niño no se inmuta ante los sonidos fuertes. Un bebé reacciona ante cualquier estímulo sonoro y un ruido fuerte hace que el niño se asuste y llore en busca de la protección materna. Si vemos que no muestra ningún tipo de reacción ante esto es hora de acudir a nuestro médico de familia para que detecte cualquier anomalía en el pequeño.
  • A partir de los seís meses los niños giran la cabeza hacia el punto en el que se produce el sonido, pero suele ser habitual que un bebé que padece hipoacusia no vuelve la cabeza. Tampoco la girará si se le llama por su nombre si no cuando tiene una referencia visual del progenitor o alguien que esté a su alrededor.

              Muchas veces esto se confunde con la falta de atención en el bebé, pero puede ser que el niño ignore a la persona porque no la oye.

            Cuando son más mayores la hipoacusia es más fácil de detectar ya que muchos niños presentan problemas al hablar y cuando hablan no lo hacen de forma clara. Otro de los factores claves para ver que pueden tener problemas de audición es cuando suben continuamente el volumen del televisor porque no son capaces de distinguir los sonidos de los receptores.

            Afortunadamente hoy en día se suele detectar la mayoría de los casos de hipoacusia infantil dentro del primer mes de vida y antes de los 6 meses se pueden iniciar tratamientos para evitar problemas posteriores en los niños.

Y sobre todo, ante cualquier mínima sospecha es mejor acudir a nuestro médico de referencia para que haga un diagnóstico inicial y derive al especialista correspondiente para que realice todas las pruebas auditivas necesarias.

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