¿CUÁNDO LE DIGO LA VERDAD SOBRE PAPÁ NÖEL O LOS REYES MAGOS?

El otro día en la puerta del colegio unas madres hablaban sobre el tema de los Reyes Magos y Papá Nöel. En la clase de la hija de una de ellas algunos niños comentaban la verdad y su hija le había preguntado.

La madre estaba muy agobiada porque no sabía si decirle la verdad o no (la niña tenía 8 años), y además al tener hermanos más pequeños tampoco quería que se enterasen.

Mis hijos pequeños todavía no lo saben, pero su hermana mayor sí y me ayuda todos los años a seguir con la magia.

Recuerdo que se lo tuve que decir hace un par de años, cuando tenía 8, porque en su clase, igual que había escuchado en la conversación a la puerta del colegio, se empezaba a correr el rumor.

Justo por esa época vi en Facebook una carta, que se hizo viral, y que aquí os reproduzco. En ella, cuando la madre es preguntada por el hijo sobre esta cuestión, le contesta de la siguiente manera:

 

Mamá, mamá… Ana dice que los Reyes Magos son los padres, ¿es verdad?

La madre de Alejandro sonríe, le da un beso y le dice:

– Mira Alejandro. Tengo que enseñarte algo que guardo en este cajón desde hace 10 años.

Su madre saca del cajón un sobre blanco. Lo abre y le dice a Alejandro:

– Esta carta la recibimos en casa el día en que naciste. Es una carta escrita por los Reyes Magos y que nos piden que les hagamos tres favores. ¿Quieres que te la lea?

– ¡Sí mamá, por favor! ¿Qué quieren los Reyes Magos de vosotros?

– Pues escucha y lo sabrás. Así dice la carta:

Vector de Navidad creado por freepik – www.freepik.es

Apreciados mamá y papá de Alejandro.

Somos los Reyes Magos. Sabemos que acaba de nacer Alejandro. Es un niño precioso que os va a hacer muy felices a las dos. Ya sabéis que cada seis de enero nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños y les dejamos unos regalitos para celebrar la Navidad y lo bien que se han portado ese año y para decirles lo orgullosos que estamos de ellos.

Pero a partir de ahora no podremos hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más y más niños en este mundo. No podemos ir a casa de todos. Ya estamos muy mayores y necesitamos pediros tres favores muy importantes:

Primer favor: Que nos ayudéis a poner los regalos a los niños. Cada padre y madre harán nuestro trabajo cada Navidad: leerán las cartas de sus hijos e hijas y, con la misma ilusión que la nuestra, les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros. Así todos los niños del mundo tendrán sus regalos y nosotros podremos descansar y ver, desde lo lejos, sus caritas de alegría.

Segundo favor: Como esto es un gran secreto, no se lo podréis decir a Alejandro hasta que cumpla los 10 años u os lo pregunte. Cuando tenga esta edad, ya será mayor y sabrá guardar este secreto. Los niños pequeños no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que son los padres y madres los que nos ayudan porque sino, ¿qué pensarán de nosotros? ¿Dónde estará la magia? El secreto se ha de decir solo a los niños responsables, a los que ya pueden entender que nosotros les queremos mucho y que por eso pedimos ayuda a los mayores, las personas que más les quieren a ellos.

Tercer favor: Algunos padres que nos ayudan están enfermos o no tienen dinero para comprar regalos a sus hijos. Y también hay niños que no tienen la suerte de tener dos papás o dos mamás. Por eso, necesitamos que vuestros hijos se conviertan ‘un poquito’ en Reyes Magos y compartan algunos regalos con los niños que no tienen tanta suerte como ellos.

Nada más. ¿No es demasiado, verdad? Cuando Alejandro te pregunte por primera vez quiénes son los Reyes Magos léele esta carta. Entenderá por qué nosotros hemos confiado en vosotros para hacer nuestro trabajo: porque sois las personas que más le queréis en el mundo y que mejor pueden ver su enorme y bondadoso corazón de perla.

Melchor, Gaspar y Baltasar»

 

 

En cuanto a la edad adecuada para decírselo creo que en cada caso es diferente: hay niños que se dan cuenta antes, otros siguen disfrutando de la magia sin sospechar nada y otros, aunque lo sepan, no lo desvelan por si acaso fuese verdad.

 

Creo que es una forma muy bonita de no romper la magia de estas fechas y, además hacer que nuestros hijos mayores se involucren en esta tradición tan bonita.