Cuando llegan estas fechas y comienzo a oír que empiezan las inscripciones para buscar colegio se me ponen los pelos como escarpias recordando la angustia que me generó esta cuestión.
La primera vez que vi qué grado de alteración puede provocar en los progenitores la búsqueda de colegio fue con mi sobrino mayor. Mi sobrino quedó en lista de espera del colegio elegido (nada fuera de lo corriente, era el que quedaba más cerca de su casa) y esas tres semanas de espera fueron angustiosas para sus padres.
Posteriormente oí cientos de noticias en los medios de comunicación que hablaban de padres que se divorciaban para llevar a sus hijos a un determinado colegio, empadronamientos falsos, declaraciones de la renta trucadas e incluso que otros padres contrataban detectives privados para demostrar que había engaño en algunas solicitudes.
El tema me parecía una locura, y sobre todo me generaba mucha ansiedad. Cuando me tocó elegir colegio ese nerviosismo fue creciendo. Amigos y conocidos empezaban a contar sus experiencias o casos que habían escuchado: “Una vecina mía se ha divorciado para llevar a sus hijos al cole que quería”; “Pues yo conozco a otra que se ha empadronado en casa de los abuelos”; “Mi vecina se quedó sin colegio y le ha tocado uno a media hora de su casa en metro”…
En fin, que más que ayudarte todos estos cotilleos ponen nervioso a cualquiera. ¿Y si no me toca el colegio que quiero? ¿Dónde van a mandar a mis hijos?
A mí me tocó “sufrir el proceso” el año pasado. En un primer momento busqué los colegios que había cerca de mi casa y elegí tres candidatos. Primero me leí bien las bases de la convocatoria para ver qué puntos daban y dónde tendría más posibilidades de entrar. El primero de ellos era dónde había ido a la guardería y por lo tanto tenía un punto extra (según las bases el colegio se reservaba este punto para lo que ellos estimasen). En los otros fui a informarme sobre este “punto extra”, un comodín que en cada colegio es diferente. En este caso los dos colegios daban un “punto extra” porque alguno de los padres hubiese estado en un colegio religioso.
Este era mi caso, así que antes de decidir por qué colegio iba a optar en primer lugar, tuve que ir a mi antiguo colegio para solicitar un certificado de que había estudiado allí.
Una vez hecho esto volví a coger las bases de la convocatoria para ver cómo quedaba mi solicitud.
Colegio 1: tenía el punto de guardería, 4 puntos por vivir en Madrid y 0.5 por vivir en la zona de influencia del colegio. Total 5.5 puntos
Colegios 2 y 3: 1 punto porque alguno de los padres había ido a colegio religioso, 4 puntos por vivir en Madrid y 0.5 por vivir en la zona de influencia del colegio. Total 5.5 puntos
Una vez que sabía que los puntos eran iguales en todos los colegios fui a las jornadas abiertas que cada uno tenía para ver las instalaciones y sobre todo preguntar las posibilidades reales de qué mi hijo pudiese entrar.
En los colegios 1 y 2 me dijeron que los años anteriores habían entrado todos los niños que lo habían solicitado y que seguramente no hubiese problema, porque además superaba en 1 punto y medio el mínimo de 4 que tienen casi todos los niños (a no ser que vivan en otra Comunidad). En el colegio 3 me dijeron que el año anterior se habían quedado niños fuera y que no sabían si este año entraría o no.
Al final elegí el colegio 2 sobre todo por 3 razones:
– Está cerca de casa.
– Mis sobrinos mayores iban allí y me gustaba el método de enseñanza
– Tenía más posibilidades de entrar que en el otro.
– Me hubiese gustado llevarle a un colegio bilingüe, pero en esos momentos sólo había uno en mi barrio y no me daban ningún punto extra si lo elegía.
Creo que a la hora de elegir colegio debemos tener en cuenta los siguientes factores:
ELEGIR NUESTRAS PRIORIDADES
Que tenga idiomas, que esté cerca de casa o del trabajo, que la enseñanza sea gratuita, que tenga buenas instalaciones… Cada familia tiene sus preferencias y debemos priorizar alguna de ellas. Lo ideal es que el colegio cumpla todos los requisitos que esperamos de él pero, seamos realistas, es difícil encontrar algo así y tenemos que tener claro, por ejemplo, si queremos que el colegio sea bilingüe pero estamos dispuestos a levantar una hora antes a los niños para llevarles.
JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS
En estos momentos son muchos los colegios que eligen un día en el que los padres de los futuros alumnos pueden ir a ver las instalaciones y hablar con los profesores y con la dirección. Es un buen momento para ver “in situ” el colegio además de hablar con otros padres que seguramente nos den más información.
HORARIO Y ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES
Cuando comencé la búsqueda de colegio me gustó uno pero la jornada comenzaba a las 10 de la mañana. Esto quería decir que si yo quería llegar a tiempo al trabajo tenía que apuntar al niño a desayuno y a una actividad extraescolar antes de que comenzase su jornada.
LEER LAS BASES Y LA SOLICITUD DETALLADAMENTE
Antes de comenzar a elegir colegio es imprescindible que nos informemos bien sobre los puntos extra que nos pueden dar, fechas de entrega, procedimiento… Hay casos en los que a los padres se les pasa echar la solicitud o que entregan varias, cuando está prohibido, quedando excluidos de la elección de colegio.
GASTOS TOTALES DEL COLEGIO
Aunque la educación es gratuita hay “extras” como el comedor, actividades extraescolares, aportación voluntaria en algunos centros etc. que suben la factura escolar. Antes de echar la solicitud es mejor que nos acerquemos a los colegios elegidos a preguntar todos estos detalles para no llevarnos sorpresas.
SER REALISTAS
A todos nos gustaría llevar a nuestros hijos al mejor colegio, pero esto no siempre puede ser así. Tenemos que ser realistas con nuestras expectativas, economía y forma de vida.
NO DRAMATIZAR SI NO NOS DAN LA OPCIÓN ELEGIDA
Si al final no conseguimos plaza en el colegio deseado no debemos desesperar. Podemos intentarlo otro año si es que deseamos mucho que vayan allí (algunos padres dejan de intentar esta opción cuando ya han escolarizado a sus hijos y no saben que muchas veces a lo largo del curso se producen bajas), o también ver cómo es el nuevo colegio, porque quizás esta opción sea mucho mejor que la que teníamos en mente.
Personalmente creo que elegir colegio es complicado, sobre todo si, como en mi caso, justo el año que tu hijo empieza el colegio te mudas de barrio y no conoces a nadie cercano que te puede dar referencias de los centros escolares. Así que fue complicado y, la verdad, nunca sabes hasta qué punto has tomado la decisión más adecuada.
La cercanía a la casa es para mí el primer criterio básico. Me hubiera gustado llevarle a colegios, con buenas referencias, pero en otros barrios, pero con 3 años, los dos trabajando, sin ayuda posible de abuelos, el llevarle a un colegio lejos de casa no me parece práctico.
La visita al centro fue muy interesante, además de ver las instalaciones, tienes una primera toma de contacto con el equipo directivo y de ahí ya puedes sacar algunas conclusiones.
Aunque no conseguí plaza en el colegio que más me gustó, ahora mismo no me planteo cambiarle porque el niño va muy a gusto, está feliz tanto con su profesora como con sus compañeros y no quiero arriesgarme a un cambio que quizás luego tenga que lamentar.
Por encima de las instalaciones, del método de enseñanza, de la cercanía o lejanía a la vivienda… está el papel del maestro/a y del resto de los alumnos. La influencia que ambos tienen en los niños tan pequeños es enorme, así que en realidad cuando estás eligiendo un colegio, nunca sabes si aciertas o no hasta que tu hijo está dentro.
Mi experiencia con el cambio de colegio ha sido muy positiva. Mis circustancias personales hicieron que decidiese cambiar a las niñas de colegio el año pasado. La pequeña comenzaba el ciclo de Educación Infantil por lo que no me preocupaba mucho el cambio porque aunque la guardería estaba en el mismo colegio la niña, no estaba muy apegada a los niños del cole.
La que más me preocupaba era la mayor, de 6 años. Comenzaba el ciclo de Primaria pero, desde que iba a guardería había tenido su mismo grupo de amigos. Además, su profesora de infantil había sido la misma durante 3 años y estaba muy contenta con ella. El colegio además estaba a 2 minutos de casa andando, una de las cosas más importantes para mi a la hora de elegir cole.
La decisión fue dura pero no me lo pensé dos veces y la verdad es que estoy muy contenta con el cambio. Las dos niñas se han adaptado muy bien a su nuevo cole.
Por mi experiencia recomiendo, si es posible, que si teneís que hacer un cambio de cole para vuestros hijos lo hagais en un cambio de ciclo porque lo notarán menos.
Y vosotros ¿cuál fue vuestra experiencia al elegir colegio? ¿Os toca hacerlo este año?