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TESTIMONIO PERSONAL FIMOSIS Y MENCIÓN DE LA INCURVACIÓN CONGÉNITA DE PENE HACIA ABAJO
Me gustaría en primer lugar, dar las gracias a todo el equipo de “Trucos de mamás” por la amabilidad que han mostrado conmigo, la predisposición de querer hacerles un hueco al tema en su espacio web y por simpatía; os deseo lo mejor y que tengáis mucho éxito!. Gracias!
Mi intención es la de darle la mayor visibilidad posible al tema, ya que como chico circuncidado que soy, quisiera que papás, mamás, familiares, e incluso afectados que me lean, puedan tener un testimonio en primera persona y que les sirva, que resulte útil y que sea de ayuda.
Comienzo a contaros mi caso en primera persona; fue justo en el momento en el que comencé el cole, con 3 años y algún mes, cuando mis padres me llevaron a la consulta del pediatra, porque tenía dos inflamaciones a ambos lados de las ingles, y resulta que tenía dos hernias inguinales, por lo que me tenían que operar, pero el pediatra les comentó a mis padres, que tenía un poco de fimosis, la cual no me afectaba, pero el médico les dijo que ya que me operaba de las hernias, también me iban a operar de fimosis, para no tener que realizarla de más mayor, y así fue; me operaron de las tres cosas a la vez.
Me operaron en un hospital privado y recuerdo perfectamente el momento de entrar al quirófano y el momento en el que me pusieron la mascarilla de la anestesia. Al despertar, y cuando me recuperé de la anestesia, le dije a mis padres “me han cortao la cuca”, y cuando hacía pis, lo pasaba realmente mal. Fueron meses después cuando ya curó todo y pasó el tiempo y yo veía que me habían quedado dos rayas finitas separadas en el pubis y el glande totalmente al descubierto siempre y con el color muy rosado, recuerdo que me molestaba el roce continuo del glande con el calzoncillo.
Ya en el cole, yo pensaba que todos los demás compañeros también estaban circuncidados, y mis padres no me habían dicho nada al respecto ni yo a ellos sobre el tema. Yo era un niño muy reservado, serio y poco hablador.
Fue entonces cuando poco después del comienzo del curso, venían al cole a hacernos la revisión médica, y pocos días antes de ello, la profe nos daba una circular para que se la diésemos a nuestros padres, y cuando la leían, me decían, “diles que tu estás operado de fimosis”, y claro, yo ya empecé a pensar, (entonces, soy el único que estoy operado de fimosis?) y la respuesta era que en mi clase si, yo era el único.
Lo supe cuando comenzamos en el cole a tener la clase de Educación Física, y cuando nos duchábamos, algunos compañeros de clase se decían entre ellos, “mira, mira, le falta un trozo de piel, lo tiene afuera”; y ahí fue cuando comenzó mi complejo por estar circuncidado, el verme raro a mi mismo, diferente, y yo no decía nada a mis padres, como comentaba anteriormente, porque era un niño muy reservado.
Ya pasaron unos años de las cirugías que me hicieron y fue cuando observaba que las dos cicatrices finitas que tenía en el pubis por las hernias inguinales, desaparecieron por completo, pero me di cuenta que en cambio, en la zona justo antes del comienzo del glande, tenía una cicatriz en la que se notaban todas las marquitas de donde tenía los puntos, y tiempo después, veía que todo seguía igual, la cicatriz con las marcas, hasta que decidí informarme e intentar conocer más sobre este tema, y fue cuando supe que cuando realizan la circuncisión, también quitan el frenillo, y a mi, no me lo quitaron.
El tema “cicatriz”, me preocupaba bastante, ya que unido a mi complejo, el tener una cicatriz que se notaba, me daba mayor complejo.
Supe que por lo general, no debe de quedar una cicatriz notable, cuando operan de fimosis de pequeñito y que si que es cierto que desde el punto de vista de higiene y estética, es mucho mejor; también existen estudios científicos médicos que mencionan que los chicos circuncidados, tienen un 15% menos de posibilidades de tener un cáncer de próstata.
Se suele pensar que los chicos que estamos circuncidados tienen menos sensibilidad en el glande, y realmente no es así.
Ya me di cuenta de que esta cirugía se realiza por motivos médicos, ritos e incluso por estética en la actualidad, hay gente que se opera; (que en mi caso, todavía no eran motivos, ya que no tenía una fimosis para operar, y el médico, pienso que se precipitó y no tuvo cuidado en realizar la circuncisión; con el paso del tiempo, he asumido ello, pero he pasado una época infantil, marcada por el tema.
Tiempo después fue cuando mi desarrollo corporal fue mayor y tuve las primeras erecciones completas.
Me di cuenta en la ducha, cuando involuntariamente, tenía una erección, y el pene tomaba una forma curva hacia abajo (igual que la forma de un plátano), y yo pensaba que era absolutamente normal, y no le di la mayor importancia.
Fue cuando pasado el tiempo, me di cuenta que no lo es, mi complejo y ansiedad por ello iba creciendo y fue cuando supe que sufría de incurvación congénita de pene ventral; una patología muy poco conocida, que consiste en la desproporción de uno de los cuerpos cavernosos, uno es más largo que otro (durante la formación del pene), y ello hace que el pene en la erección se curve mayoritariamente, hacia abajo, aunque también es posible que sea de forma lateral izquierda, más frecuente y lateral derecha, menos frecuente, aunque también esta puede ser ventro-lateral.
La única solución para este problema es quirúrgica, y el único problema es la posible pérdida de longitud del pene que conlleva la cirugía, al igual que como vía de abordaje, se realiza la circuncisión (tenga el paciente fimosis o no).
Mi opinión personal sobre este tema, es que los papis tengan la máxima información posible, y con toda naturalidad, hablar de ello con su hijo y en el caso de que haya sido operado, explicárselo todo y que lo tenga claro desde el principio. Creo personalmente, que esta cirugía se debe hacer únicamente en los casos que sea necesario, no así porque sí.
Quien quiera contactar conmigo, en este correo fimosis.incu@gmail.com, encantado de poder intentar ayudar.
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