CRÓNICAS DE UNA MADRE ESTRESADA. LA AU PAIR: PRIMERA PARTE

Cuando alguien pasa por un periodo de estrés o ansiedad de los buenos  es cuando florecen  las ideas más descabelladas en las cabezas de cualquier ser humano o animal presa de la desesperación. El cerebro emplea mecanismos de defensa rápida y llega a elaborar soluciones que no caben dentro de una persona en su sano juicio. Y como resultado de esto podría aplicarse aquel famoso refrán «Y si eramos pocos, parió la burra»….

 

 

 

 

Me he dado cuenta que la unión de estrés e Internet no es nada buena. Una persona con las neuronas a flor de piel y un teclado son una combinación muy muy peligrosa.

Boliche y yo llevábamos tras  la idea de contratar a una persona que se ocupase de las tareas del hogar. Lo típico para que estuviésemos un poco más desahogados durante la semana. Boliche es muy hacendoso (todo hay que decirlo) y a mi la vida no me da para más así que la operación trapo y plumero la tengo bastante aparcada porque con cuidar de los tres niños y sacar al perro a la calle tengo bastante.

 

 

 

Aunque ilustre la salida del perro como la mayor alegría del mundo os tengo que confesar que para mi es una de las peores cosas que me pasan diariamente. Me podría definir a mi misma como «Cara de Perro» cuando saco al animal a miccionar a la calle. Primero porque no me gustan los animales y los niños no pararon hasta que no tuvieron un perrito chiuaua. Segundo, porque el animal tiene tan mala leche como la mía con lo que las bajadas a la calle se convierten en auténticos momentos de vergüenza para mí porque el chucho no deja de ladrar a la gente y se lanza a morder todo lo que se mueve.

Y por último COCO, como así decidió nombrarle mi hijo pequeño, tiene la costumbre de restregarse con todo lo que se menea así que me ha puesto la cara como un tomate más de una vez.

 

Bueno, dejando el tema del perro a un lado os cuento que por decidimos que lo mejor sería que alguien nos ayudase en casa si no queríamos acabar esquizofrénicos perdidos. Decidida me lancé como una loca a buscar en las páginas de Internet pero nuestros sueldos mileuristas no podían afrontar el tener a una persona que se ocupase de las labores de la casa y del cuidado de los niños. PLAN A A LA BASURA. 

Empecé a ponerme muy nerviosa porque por mucho que teclease en busca de algo decente a lo que agarrarme no encontraba nada. Unas cobraban mucho, otras pedían alojamiento, comida y 1200 euros de sueldo y las más osadas incluso querían vacaciones pagadas y un sueldo de 14 pagas. Eso está muy bien en un mundo paralelo al nuestro, pero desgraciadamente, al otro lado de Ciudad Esmeralda existen cientos de miles de familias que pasan por penurias diariamente y que hacen un esfuerzo diario para llegar a fin de mes cómo para pagar un sueldo decente a otra persona.

PLAN B. CERO A LA IZQUIERDA. 

Ya no se me ocurrían más ideas hasta que la luz vino hacia mí en forma oronda y sonriente. Mi vecina de abajo había «contratado» a un chico estudiante el año pasado para que cuidase a sus hijos en verano y estaba encantada. El chico era americano: 1,90, ojos verdes, atlético, educado y le encantaban los niños. El sueño de toda ama de casa podía convertirse en realidad.

Rauda y veloz bajé a preguntar cómo se hacía eso de conseguir a un tío bueno que te alegrase la vista durante un tiempo y que además cuidase de tus niños. Enseguida fuí informada que «eso» se llamaba AU PAIR y que era una forma de intercambio cultural que se llevaba mucho en los países anglosajones y era muy COOL. En resumen: la historia consistía en coger a alguien, llevarlo a tu casa, hablar con él/ella en inglés y hacerle conocer toda la belleza de nuestro país.

No tengo ni idea de inglés pero para mí eso era ya lo de menos. Yo solamente quería AYUDAAAA!! así que me puse manos a la obra para buscar al candidato ideal que entrase en mi casa durante unos meses.

Comencé mi búsqueda en la web de los famosos Au Pair y para mi sorpresa no encontré a ningún ejemplar decente. CENTRATE, me dije, no estás buscando alguien para tí, sino a la persona que va a cuidar de tus hijos y te va a ayudar en las tareas que tú mas detestas.

Mi vista se centró de repente en una muchacha Belga.  Su presentación era la siguiente: «Soy una chica muy abierta y me encantan los niños. Adoro la pintura y salir con mis amigos. El sol y la playa son mis aliados. Quiero encontrar nuevas experiencias en su país».  Realmente ¿que era ese revuelto de chica? ¿le sobraba desparpajo o le faltaba un hervor para cuidar niños?

Decidida a ver con que me sorprendía llamé al número que indicaba el anuncio en cuestión:

. Holaaaaaa  – el teléfono había sido descolgado y nadie contestaba.

. ¿Yesssss? – se oía una música estridente que apenas impedía oír a la muchacha.

. ¿Hay alguien ahiiiii?

. Yes, yes -se precipitó a contestar.

. ¿Hablas solo ingles?

. Yes señora.

De pronto entré en modo pánico y corté el teléfono.  ¡ME HABÍA LLAMADO SEÑORA!!!.  En un segundo se me cayó la imagen de eterna jovenzuela y una chica me había echado un jarro de agua fría de repente. A partir de ahora sería la Señora de la Casa…