Los carnavales están a la vuelta de la esquina y muchas veces nos volvemos locos a la hora de buscar disfraces originales y que los podamos hacer en muy poco tiempo. Nuestros compañeros de Zaask nos proponen varias ideas con las que triunfareís en estas fechas.

Estamos ya en la cuenta atrás para Carnaval… Y es hora de empezar a pensar en los disfraces, si es que todavía no lo habéis hecho. Muchas ya tendréis vuestros disfraces, algunas los habréis comprado y otras, optaréis por hacerlo. Hay muchas opciones y la mayoría es viable hacerlas nosotras mismas, mediante el conocido como método DIY (Do it yourself, hazlo tú misma). Ahí van algunas ideas…

El caracol: Una opción muy graciosa y, como veis en la foto, muy fácil de hacer. Eso sí, mejor taparse un poco más, que en febrero no se puede ir en tirantes. Se hace con papel de embalar marrón, arrugado y colocado en forma de caracol. Para que se sostenga en la espalda, conviene colocar unas cintas, similares a las de una mochila. Los cuernos se hacen con el mismo papel del caparazón y con pegamento sólido.

Conejo de mago: Las orejas se pueden hacer con una diadema, al igual que la chistera. Es perfecto y muy original. ¡Y fácil! La camiseta tiene que ser blanca, de algodón, para que contraste con el resto del disfraz.

Piloto de globo: Cuesta de encontrar un globo así de grande, pero es posible. Además, hay que estar dispuesto a romper una cesta. Eso sí, el niño alucinará con este disfraz. Para que el globo aguante hay que hincharlo con helio.

Pez: Es muy sencillo. Simplemente hay que darle la forma y pintar una cartulina, o y recortar un espacio para sacar el brazo. Ya está. Además, lo podrá hacer tu propio hijo. Déjale que pinte él el cartón, porque se podrá equivocar las veces que haga falta. Coge unas cuantas cajas de cartón y a hacer tantas pruebas como queráis.

Leche y galleta: una buena opción para ir madre e hijo juntos, con disfraces complementarios. Se hace con cartón y pintura y en este caso también puede participar tu pequeño o pequeña.

Flor: El tallo y las hojas se hacen con fieltro y la flor la puedes comprar hecha o hacerla tu misma, según lo mañosa que seas.

El colecho, o dormir en la misma cama con los niños pequeños es algo común en
otras culturas, ¿por qué en la nuestra no está muy bien visto?
Algunos expertos afirman que si los niños duermen en la cama con los adultos
condicionarán negativamente sus ciclos de sueño  y que merma su autonomía entre
otras muchas cosas.

En culturas como la japonesa los niños duermen con sus padres hasta más o menos
los 7 años y  En estudio de 2006 reveló que, entre niños de la India de entre 3 y 10
años, el 93% dormían con sus padres.(Fuente Wikipedia).
La primera vez que oí hablar del colecho fue a mi hermana mayor; su hijo no quería
dormir solo y estuvo durmiendo en la cama de su madre hasta los 7 años. Me acuerdo
decir a mi hermana que eso no estaba bien, que tenían que intentar que durmiera solo,
pero ella decía que el niño (que tiene asma) se ponía muy nervioso y se ahogaba si le
dejaban solo, así que prefirió dejarle dormir en su cama.

Años después, de repente, el niño se fue a dormir solo a su cama y no tiene ninguna
secuela, es un niño muy responsable, seguro de sí mismo, respetuoso y no tiene
problemas de insomnio.

Y, casualidades de la vida, yo que había criticado la actitud de mi hermana ¡toma!
ahora estoy con el mismo tema.

Mi hijo tiene 4 años y desde que era pequeño se viene a media noche a dormir a
nuestra cama. Recuerdo que cuando tenía un año intentamos separarle de nuestra cama y que empezase a dormir en su cuna.

Los primeros días era un auténtico infierno. No dejaba de llorar en toda la noche así que nos dimos por vencidos a la primera de cambio y volvió de nuevo a nuestra cama.

La cosa empeoró cuando nació su hermana. Tenía un año y medio y aprovechando que su hermanita iba a nacer intentamos hacerle ver que él era el mayor y  tenía su propia cama para hacer menos traumático el hecho de separarse de nosotros. El pediatra nos aconsejó que ese no era un buen momento ya que el niño asociaría el hecho de tener una hermana con que los papás se separaban de él y que podía causar un trauma asi que decidimos posponer el momento de separarle.

Una de las cosas que más me preocupaba era el hecho de que familiares y amigos se escandalicen cuando preguntaban al niño si ya dormía solo o no. En muchas ocasiones me he sentido culpable de mantener durante tanto tiempo el colecho porque parece que «estaba haciendo algo mal».

La niña ha diferencia de él ha decidido ser mayor antes de tiempo. Cuando tenía cuatro meses la metimos en la cuna y se ha independizado fenomenal. Desde entonces (ahora tiene dos años) duerme sola en la habitación y no reclama nuestra atención durante la noche. Él sin embargo a medianoche cambia de sitio y se viene a nuestra cama a dormir.

Pero ¿ hasta cuando debemos mantener esta situación? ¿Es bueno que continúe con el colecho hasta que él decida salir del nido?

Por parte de los expertos hay diferentes opiniones. El neurofisiólogo Eduard Estivill creador del método Estivill  afirma que losLos datos científicos publicados y aceptados por las sociedades científicas no recomiendan su práctica. Entre ellas se encuentran la Sociedad Americana del sueño, la sociedad Española de Sueño, la Sociedad Americana de Pediatría y la Sociedad Española de Pediatría y que perjudica a la convivencia de los padres.

En el otro lado encontramos a profesionales como Carlos González, pediatra y autor del libro «Besame mucho». El colecho tiene múltiples beneficios como:

• Comodidad para la madre a la hora de dar el pecho.
• Disminución de muerte súbita
• Vinculo entre padres e hijos.

¿Que opinaís sobre el colecho? ¿ hasta que edad creeís que es buena esta práctica?

@Trucosdemamás