EL SINDROME DE PIES INQUIETOS EN EL EMBARAZO.

El síndrome de los pies inquietos afecta a un 2% de la población y que en el caso de las gestantes esta proporción aumenta a un 30% sobre todo el el tercer trimestre de embarazo.  ¿Cómo se pueden paliar los efectos del mismo? En el siguiente post incluimos varias formas para detectar y paliar este transtorno «tan desesperante» para las embarazadas.

 

 

«Mi marido me ha estado dando un masaje durante hora y media en los pies hasta que me he quedado dormida y al rato ya estaba otra vez con la misma sensación» – me decía mi amiga. La pobre está desesperada. Está en el tercer trimestre de embarazo y lleva unos días con el denominado «Sindrome de los pies inquietos«. La investigación que se ha realizado sobre el mismo sigue la directriz del  trastorno en el funcionamiento de la dopamina, una sustancia presente en el sistema nervioso y que es la encargada de regular el movimiento.

La dopamina necesita de hierro para funcionar correctamente, de ahí que casi un 30% de las embarazadas sufran este trastornos ya que, la falta de hierro y la consiguiente disminución de los niveles de ferritina provocan en las piernas y pies esta inquietud constante difícil de regular.

En muchos casos, la genética juega un papel muy importante durante el desarrollo de esta enfermedad. Muchas personas que padecen este trastorno suelen tener algún antecedente en la familia. Las enfermedades crónicas suelen ser asociadas también con este problema.

También se ha demostrado que algunos medicamentos agravan de los síntomas del Sindrome de los pies inquietos. Aquellos medicamentos utilizados para combatir las náuseas, los antidepresivos y las alergia, contienen unos elementos químicos que se asocian a un empeoramiento de la calidad del sueño.

Sabemos que los síntomas son pasajeros pero estos meses se pueden hacer interminables tanto para la embarazada como para su familia que sufre en silencio los estados de inquietud e irritabilidad de la persona que lo tiene.

¿CÓMO PODEMOS MEJORAR LOS SÍNTOMAS DE PIES INQUIETOS?

 

Para regular los síntomas que produce esta pesada enfermedad  y hacerlo más llevadero los especialistas proponen una serie de rutinas y consejos muy útiles para todas aquellas personas que lo padecen:

 

  • MASAJES EN LA ZONA DE PIERNAS Y PIES.

Uno de los placeres mayores en este mundo es un buen masaje en los pies y las embarazadas agradecemos enormemente este momento. Si encima padecemos el síndrome de pies inquietos este masaje se debe convertir en una rutina necesaria. No solamente porque alivia el cansancio sino porque eliminará el estrés y ansiedad de la futura madres.

  • REGULAR LA HORA DE SUEÑO.

Un horario regularizado es fundamental para conservar nuestro estado de calma y relajación por lo que la gestante debe procurar acostarse siempre a la misma hora y estar tranquila para disminuir los síntomas que produce este trastorno. Un buen método es relajarnos en una habitación a solas con música clásica o relajante.

  • EL EJERCICIO FÍSICO: EL GRAN ALIADO PARA NUESTRAS PIERNAS Y NUESTRA FIGURA. 

para combatir la desagradable sensación de las piernas cansadas es necesario hacer ejercicio físico. Si optamos por Pilates o Yoga conseguiremos además aprender unos ejercicios que nos ayudaran enormemente en el momento de dar a luz y para recuperar nuestra figura después del parto además de fortalecer el suelo pélvico.

 

  • ACUDIR A NUESTRO MÉDICO DE CABECERA PARA QUE CONTROLE NUESTROS NIVELES DE HIERRO. 

Uno de los desencadenantes de esta enfermedad es el déficit de hierro, los fármacos antidepresivos o las alteraciones en el funcionamiento renal.  Por ello en cuanto notemos los síntomas en nuestro cuerpo debemos acudir a nuestro médico de cabecera o ginecólogo para que nos realice un análisis de sangre y pueda confirmar o no que se trata de los pies inquietos.

 

  • TOMAR BAÑOS DE AGUA CON AZÚCAR.

 

 

Cuando tenemos agujetas por haber andado mucho o practicado deporte, no hay nada mejor que meter las piernas, o los pies, en la bañera con agua tibia. Si además le añadimos azúcar, o aceites esenciales, éstos componentes penetrarán en la piel reduciendo la fatiga de pies y piernas.

 

 

 

 

 

 

TENER LAS PIERNAS EN ALTO.

Las piernas cansadas pueden ser fruto del esfuerzo, del peso del embarazo, o de la mala circulación. Para conseguir que vuelvan a su estado natural, es necesario corregir la postura tanto al andar como al estar sentada o tumbada. Además de caminar con la espalda recta, y agacharse en la misma posición, una vez que estemos tumbadas, es necesario tener las piernas en alto durante unos minutos, ya sea en el sofá o con la ayuda de una silla más baja. Este pequeño gesto activará la circulación y disminuirá la sensación de cansancio de pies y piernas.

 

  • SEGUIR UNA DIETA SIN GRASAS SATURADAS.

Para mantener el peso durante el embarazo no hay que comer por dos, sino más saludable que nunca. La ingesta de frutas y verduras y de alimentos que no tengan grasas saturadas (bollería, alimentos procesados…)  hacen que la circulación mejore y que no se tenga tanta sensación de fatiga ya que de lo que se trata es que nuestro organismo no trabaje «a marchas forzadas», ya que debe ocuparse de otras tareas más importantes.

 

 

 

 

 

 

  • HIDRATACIÓN TOTAL.

 

Las piernas cansadas pueden deberse a un exceso de retención de líquidos, una molestia muy común durante los nueve meses de embarazo. Por ello debemos estar bien hidratadas y beber como mínimo dos litros de agua al día. Nuestro cuerpo lo agradecerá enormemente en todos los sentidos.

1 comentario
  1. Manuel Mera
    Manuel Mera Dice:

    Hola
    Yo tenía este problema. Es algo muy desagradable para uno y para quien duerme al lado. En mi caso ya está resuelto.
    Es muy fácil.
    En algún otro blog leí que una madre y su hija lo tenían y lo habían resuelto dejando de comer pan sin fermentar o sea, sin levaduras.
    En mi caso desde hacía unos años estaba comiendo un pan con centeno (80%) y era muy bueno pero ahora me dí cuenta que como el centeno no crece entonces le ponen mas levadura y, claro a mí me afectaría más.
    Bueno, pues tenía cierta lógica, así que resolví dejar de comer ningún tipo de pan y, realmente, mi problema no sólo desapareció sino que noté un cambio radical en mi salud intestinal, sueño, etc.
    Claro que dejar de comer pan no es fácil ya que se vuelve una especie de adicción. Bueno, es muy fácil, me compré cebada en semilla, lo limpié, lo molí en un molino de piedra de mis padres y pasé a hacer mi pan sin fermentar. Harina, agua y sal; lo mezclo, lo dejo una hora y en lleno 4 bandejas del horno eléctrico con unos 2 cms de espesor; lo cuezo 20 minutos, le doy la vuelta y lo dejo otros 30 minutos. Lo retiro y dejo enfriar, lo corto en pedazos y lo congelo. Luego lo voy retirando a medida de las necesidades, lo caliento y con miel, queso o simplemente para acompañar… Simplemente, delicioso. Y, más económico. Hay mucha gente que ya está comiendo galletas de arroz o maíz que también vale.
    Al cabo de muy poco tiempo, se nota bastante y, con el tiempo parece que uno va rejuveneciendo.
    Ahora, estoy seguro que las levaduras que usan actualmente, para el pan, son a base de productos químicos y con el tiempo van matando la flora intestinal y los resultados pueden ser múltiples problemas que nadie se explica. Por supuesto que a nadie que vive de la industria farmacéutica le interesa investigar para resolver cualquier problema de salud.

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