Con el buen tiempo, hay que aprovechar para llevar a los peques al parque, que corran, jueguen, monten en bicicleta, patinete… La actividad física es muy importante desde que son pequeños y una forma sencilla de que hagan deporte y a la vez se lo pasen de maravilla son las bicicletas. Desde los 2 o 3 años ya pueden montar en bicicleta. Primero en la más sencilla sin pedales, que sirven para que aprendan a coger el equilibrio, y a partir de los 3-4 años ya pueden utilizar la bicicleta de pedales, al principio con rodines. Y una vez que estén más sueltos, estarán preparados para circular sobre las dos ruedas. Pero los padres no podemos olvidarnos de que la bicicleta es un vehículo y hay que respetar algunas normas para que la seguridad infantil esté asegurada.
¿Por qué pueden ser peligrosas las bicicletas para los niños?
– Los accidentes de ciclistas aumentan a medida que los niños crecen y desgraciadamente un accidente en una bicicleta puede ser muy grave. El grupo con mayor número de accidentados es de los niños de edades comprendidas entre 10 y 15 años.
– Las estimaciones a partir de la información recogida de la European Injury Database (IDB) en los 28 EEMM de la UE indican que cada año se dan aproximadamente 13.000 lesiones en niños de entre 5 y 14 años de edad relacionadas con bicicletas lo suficientemente graves como para necesitar asistencia en un servicio de urgencias.
– Las lesiones relacionadas con ciclistas infantiles son a menudo resultado de juegos, trucos en bicicleta, velocidades demasiado altas o pérdidas de control.
– Las lesiones en adolescentes suelen estar relacionadas con colisiones con vehículos motorizados.
– Sin embargo, alrededor del 16% de los accidentes mortales o graves recogidos por la policía no implican una colisión con otro vehículo, sino que se deben a la pérdida de control de la bicicleta.
¿Qué debemos tener en cuenta al comprar o antes de utilizar bicicletas?
– Desde hace un par de años en España todos los menores de edad que vayan en bicicleta, incluso por ciudad, deben llevar casco. Esta norma es aplicable desde que el niño lleva una bicicleta con pedales, así que si le compras una bicicleta a tu hijo, no te olvides del casco. Aunque tu hijo sea pequeño y vayas al parque que hay al lado de tu casa, no olvides el casco. Los cascos reducen la probabilidad de sufrir lesiones de cabeza y cerebrales en un 65% y 88% respectivamente y el riesgo de lesión facial en un 65%, incluidos los accidentes por colisión.
– Compra un casco que se ajuste adecuadamente para que lo lleve siempre que tu pequeño monte en bicicleta.
– Asegúrate de que la bicicleta es del tamaño idóneo para el niño. Los niños carecen de las habilidades y coordinación necesarias para manejar una bicicleta demasiado grande, por lo que esto puede provocar una pérdida de control. El niño debería poder sentarse en el sillín, con las manos en manillar y colocar los dedos de los pies en el suelo.
– La primera bicicleta de un niño debería estar equipada con frenos de pie, pues los músculos de las manos y la coordinación no están lo suficientemente desarrolladas para controlar los frenos de mano.
– Asegúrate de que la bicicleta cuenta con reflectores frontales y traseros. Para mejorar la visibilidad también puedes considerar añadir reflectores a las ruedas.
¿Cómo utilizar bicicletas de manera segura?
– Ajusta la bicicleta correctamente: al estar el niño de pie sobre la bicicleta su entrepierna ha de encontrarse entre los 2,5 cm y 5 cm de la barra superior si se utiliza una bicicleta de carretera y entre los 7 cm y 10 cm si se trata de una bicicleta de montaña. El sillín debe estar nivelado de la parte anterior a la posterior. La altura correcta del sillín es aquella en la que la rodilla está ligeramente doblada al estirar la pierna por completo. El manillar debe estar a la misma altura que el sillín.
– Controlar el equipo: antes de montar, comprueba que las ruedas están a la presión adecuada y que los frenos funcionan correctamente.
– Independientemente de que sea de día, atardecer, noche, amanecer, haga buen tiempo o malo, el niño tiene que ser visible en todo momento. Está demostrado que vestir de blanco no mejora la visibilidad. Más bien, los niños deberían vestir ropas fluorescentes, brillantes o de colores llamativos cuando monten en bicicleta. Asimismo, se recomienda que vistan algún elemento reflectante, como cinta reflectante, marcas o luces intermitentes.
– Control de la bicicleta: los niños han de montar en bicicleta con, al menos, una mano en el manillar en todo momento. Los libros y otros elementos deberían ser transportados de manera separada en una cesta o mochila.
– Tener cuidado y evitar los peligros de la carretera: los niños tienen que estar atentos a peligros tales como baches, cristales rotos, grava, charcos, hojas y perros. Todos estos elementos pueden provocar un accidente. En caso de montar en bicicleta con amigos, aquel que lidere el grupo deberá advertir al resto de los peligros que se vayan presentando.
– Evitar montar en bicicleta por la noche. Montar en bicicleta de noche es mucho más peligroso que de día, puesto que es más difícil ver a los niños. Además, montar en bicicleta de noche exige unas habilidades y equipo especial de los que pocos niños disponen. En caso de que tengan que montar de noche, se recomienda que lleven ropa llamativa para ser visibles y utilicen luces frontales y traseras.
– Es necesario que los niños conozcan y sigan las normas de seguridad: utilización del casco; circular por el lado derecho, a favor del tráfico (en el Reino Unido por el lado izquierdo); utilizar las manos para señalizar correctamente los giros y respetar las señales de tráfico. En muchos colegios organizan jornadas de seguridad vial desde los 3 años y la verdad es que nos parecen muy prácticas.
Pues bien, ahora que conocemos los peligros y las normas mínima de seguridad, ya podemos animar a nuestros hijos a que monten en bicicleta pero siempre con casco. ¿A vuestros hijos les gustan las bicicletas? ¿Les ponéis el casco? Mi peque de 4 años disfrutan muchísimo con la bicicleta y desde que ha pasado a la de pedales lleva casco, los primeros días se quejaba pero ya se ha acostumbrado.