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La aerosolterapia es el uso de aerosoles para el tratamiento de enfermedades respiratorias y  sirve para humedecer las vías respiratorias, aliviarlas y administrar medicamentos.  Los aparatos nebulizadores convierten un líquido, habitualmente suero fisiológico con o sin medicamentos, en una suspensión de gotas de muy pequeño tamaño capaces de llegar y depositarse en los pulmones. Por lo que este tratamiento consigue una efectividad mucho mayor que un tratamiento habitual con aerosoles.

Seguro que a muchos de vosotros os resulta familiar el uso de aerosoles para vuestros hijos cuando tienen asma, bronquitis o neumonía.  Normalmente el médico de familia nos suele mandar un tratamiento con Ventolin y Sambutamol que en niños pequeños se da con cámara de aire.

El doctor Salvador Casado, médico especialista en este tipo de enfermedades afirma que en muchas ocasiones estos tratamientos no son del todo efectivos bien porque los papás no lo administramos correctamente (en mi caso y con mi primera hija se lo daba como podía porque no se quedaba ni un minuto quieta) o porque el medicamento al inhalarlo a través de la cámara de aire no llega bien a los pulmones. Con los nebulizadores los tratamientos son mucho más efectivos.

Por ello la compañía Pic Solution ha patentado MR HIPPO, un nebulizador para usar en casa con un diseño bastante original y sencillo.

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El hipotamo nebulizador tiene las mismas características que los nebulizadores que existen en los hospitales y que prestan a los pacientes  para tratar casos severos de asma, bronquiolitis, neumonias…. y la forma de uso es la misma.

En el interior de la boca del hipopótamo se coloca el suero fisiológico o el medicamento que nos hayan recetado y se coloca la mascarilla en la boca del niño. Si contamos con este aparato en casa,  cuando nos receten en el centro de salud el tipico formato de aerosol habría que indicar que se ya tenemos el nebulizador y simplemente nos cambiarían el formato del medicamento para que sea administrado de esta forma, siendo, según las palabras del doctor Salvador Casado, un tratamiento mucho más efectivo ya que va directamente al foco de la enfermedad respiratoria.

Precio: 80 euros aprox.

 

Desde hace unos años la cebolla y el vicks vaporub han sido mis aliados para el descanso nocturno.

Mi hija mayor siempre ha sido propensa a tener enfermedades de las vías respiratorias casi desde que nació. A los tres meses tuvo su primera bronquitis y el neumólogo nos comentó que hasta que no tuviese cinco o seis años iba a ser propensa a tener bronquitis, neumonía y asma. Y efectivamente así ha sido.

Desde entonces en casa hemos sufrido «orquesta de toses» durante sus primeros años de vida. Una de las primeras veces que acudimos al centro de salud, una de las enfermeras nos recomendó el típico remedio de los de la abuela  para evitar la tos nocturna en los niños y es el de partir una cebolla en trozos mezclada con una cucharada de azucar y unas gotitas de agua (para suavizar el olor) y dejarla al pie de la cama del niño.

Increíble pero cierto 🙂 y efectivo.

Indagando en internet he podido averiguar que la cebolla tiene numerosas propiedades curativas, entre ellas, como remedio casero contra la tos (ya sea elaborada como  jarabe mezclándolo con miel, o al natural). Los aromas y vapores que emana hacen que el ambiente se humidifique ya que la cebolla poseen polifenoles. Se trata de unas sustancias químicas naturalmente presentes en las plantas, que son las responsables de darles color y  sabor, de protegerles frente a los rayos ultravioleta y frente a las infecciones del entorno. Entre las propiedades de los poliferones figuran las siguientes:

  • Antioxidantes.
  • Aumentan la actividad de la vitamina C.
  • Antiinflamatorios.
  • Antialergénicos.

Esto es lo que justifica el efecto calmante que produce la cebolla en las vías respiratorias.

 

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Otro truco que  funciona muy bien y que me recomendó el pediatra es poner vicks vaporub en la planta de los pies. Este unguento que utilizamos los mayores para aliviar el dolor de pecho y la tos cuando tenemos catarro se puede utilizar en niños pequeños si lo usamos en la planta de sus pies. El uso en el pecho se recomienda a partir de los 3 años aunque cuando pregunté a la pediatra de mi centro de salud me comentó que si se aplica en la planta es totalmente inocuo e igual de efectivo que la cebolla.

Y vosotros, ¿conocéis algún truco para evitar la tos nocturna?

Cuando no tenía hijos y veía como otras madres utilizaban todos los medios a su alcance para librarse de los mocos de sus hijos pensaba que eran unas exageradas. Ahora que lo he vivido en primera persona comprendo cuánta razón tenían; los mocos llegan a nuestras vidas con el comienzo del colegio y no se van hasta que llegan las vacaciones. Y lo peor no es que los niños tengan mocos, sino que estos vayan a más y deriven en otitis, bronquiolitis o peor, en neumonía.

Mi sobrina con solo 3 meses ya tuvo su primera bronquitis y con 2 años tuvo que ser ingresada con neumonía. Mi hijo con 3 años ya ha tenido unas cuantas otitis y bronquitis y mi hija con 2 meses y medio tuvo su primera bronquitis que la mantuvo en observación en el hospital, así que en mi familia la lucha contra los mocos es constante.

Cuando eres madre primeriza te da miedo utilizar los saca mocos y el suero. Yo usaba botellitas de suero fisiológico y se la echaba con miedo, unas gotitas nada más hasta que ví como se lo echaba la pediatra en el hospital: todo el botecillo a presión y rápido poniéndole la cabeza ladeada para que la limpieza sea más eficaz. Lo peor de las botellitas de suero es que los niños se ponen como energúmenos y cuando ya son un poquito más mayores no hay quien pueda con ellos.

Un día decidí probar Rhinomer, son botes de agua de mar para la congestión que llevan un tapón especial para que el efecto de la dosificación sea mayor. Son un poco más caros que las botellitas de suero (suelo comprarlos cuando hay alguna oferta en el supermercado y no me salen tan mal de precio) pero su eficacia, en mi caso, es mayor que el suero ya que los niños se dejan echar mejor este producto.

Ahora mismo tengo en casa uno especial para bebés (Rhinomer baby ), con un taponcito mucho más blando y flexible; y luego el de fuerza 2 para niños más mayores. Existen 3 tipos de fuerza dependiendo de la edad y del tipo de congestión que se tenga.

Hay madres que compran una botella grande de suero fisiológico y van administrándolo con una jeringuilla, lo cual sale más económico.

También utilizo el aspirador nasal; al principio me regalaron uno sin filtro de Carrefour y me pareció bastante latoso, aparte de ser antihigiénico pues cuando aspiras no hay nada que filtre las mucosidades del bebé. Eso sí era el más económico (unos 3 euros) y nos puede sacar de más de un apuro. Luego me pasé al aspirador nasal de la marca Nasalmer que lleva una boquilla con filtros que se intercambian después de cada uso, aunque hay que lavar la boquilla. He de decir que el tener que estar lavándolo y secándolo después de cada uso se me hacía muy pesado, así que opté por cambiarlo.

Ahora mismo utilizo el aspirador de Narinhel. Las boquillas son desechables y llevan una esponjita que impide que pase ningún “material indeseado”. Es un poco más caro puesto que yo uso más o menos cada boquilla unas 3 veces pero me parece el método más higiénico. Ahora mismo compro las boquillas en una parafarmacia on line, ya que me cuestan la mitad que en la farmacia de mi zona. Además existen varios tipos de boquilla dependiendo de la edad del bebé.

Otra solución muy eficaz es el tratamiento con fisioterapia hecha por profesionales; aquí os dejo un vídeo en el que ven las técnicas. Vistas desde fuera impresionan, pero son muy efectivas; mi sobrina fue a este tipo de terapia y creo que muchas veces no dejaban entrar a algún padre o abuelo porque no soportaban ver a los bebés.

 

 

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Mi recomendación por tanto sería el aspirador Narinhel usado junto con los botes de agua de mar de Rhinomer (haciendo este post me he dado cuenta de que son de la misma marca, cosa que hasta ahora no sabía).

Llega el frío y con él nuestros peores enemigos: las toses y los constipados. Ya os hablamos hace algunos días en un post sobre los mocos, inseparables de los más pequeños desde que entran en la guardería o el colegio. Pero los mocos suelen venir acompañados de tos. Ya el año pasado mi hijo, propenso a coger todos los virus habidos y por haber,  estuvo una semana entera con tos y le compré uno de los jarabes antitusivos que venden en las farmacias sin receta médica y al final la tos no solo no desapareció, si no que derivó en bronquitis.

Siempre he consumido miel, pero hasta este momento no había pensado dársela al niño porque no recomiendan suministrarla a niños menores de un año.

Este año he empezado a darle miel para prevenir la tos y los temidos catarros. En un artículo publicado en el periódico El Mundo y firmado por Juan Casado jefe de Servicio del Hospital Infantil del Niño Jesús y profesor de pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid, se afirma que un estudio, publicado en la revista científica ‘Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine’ confirmó que unas cucharadas de miel son tan eficaces como el  dextrometrofano, el compuesto que contienen las gotas, jarabes y supositorios utilizados para la tos; además la miel puede utilizarse tanta veces como se quiera y no tiene ningún efecto secundario.