Ya desde el momento en el que decidimos ser padres por primera vez una de las cosas que más nos preocupa es la educación de nuestros hijos; ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Le estaré inculcando los valores correctos? ¿Cómo puedo potenciar sus habilidades y crear otras nuevas? Éstas y otras preguntas van surgiendo en nuestro día a día como padres a medida que nuestros pequeños van creciendo.
Una de las cuestiones que solemos plantearnos al principio de su existencia es cómo queremos qué jueguen nuestros hijos. Todos los padres, por supuesto, queremos que mientras juegan los pequeños se diviertan al máximo posible, pero además, si el juego puede desarrollar valores como la inteligencia, habilidades motoras o la creatividad, muchísimo mejor.
Hace algunos años la educación era muy rígida y casi se limitaba exclusivamente a las aulas y al estudio formal de una serie de materias impuestas en los planes de educación, pero, afortunadamente, esto está cambiando poco a poco desde hace algunos años.La introducción en el sistema educativo de las nuevas teorías sobre las inteligencias múltiples ha permitido que se abra un nuevo horizonte en el aprendizaje de nuestros hijos.
Gracias a ellas ahora sabemos que cada uno de nosotros tiene una serie de cualidades que puede desarrollar, y que éste desarrollo puede darse no solo en el entorno educativo, si no que podemos potenciar la inteligencia de nuestros hijos fomentando que el niño descubra cosas nuevas, dando rienda suelta a su creatividad y no imponiendo normas rígidas que lo único que pueden hacer es impedir que todo su potencial crezca al máximo.
Los juguetes pueden ser una manera divertida de potenciar todo lo que los niños pueden dar de sí. Siempre he pensado que el juego con bloques de construcción servía, sobre todo, para desarrollar una habilidad espacial que en el futuro podría ayudar a mis hijos a saber interpretar correctamente un mapa, a situarse en un espacio concreto o, por ejemplo, aparcar bien el coche (a mí me cuesta muchísimo, así que supongo que esta no será una de mis inteligencias más desarrolladas).
Pero además de las inteligencias “lógico-matemática” y “espacial” se puede fomentar de una manera increíble la creatividad de nuestros hijos. ¿Y si les proponemos un tema y ellos mismos tienen que recrearlo? Si vienen a casa amiguitos podemos hacer una fiesta de princesas y superhéroes en el que ellos mismos puedan hacer sus propias creaciones usando su imaginación.
De esta manera tendrán que “darle al coco” para formar las figuras que desean aunque, dependiendo de la edad, podemos ayudarles un poquito o darles un pequeño manual sobre qué piezas tienen que utilizar y cómo tienen que hacerlo.
Otra de las “inteligencias múltiples” de las que ahora se habla en el proceso educativo es la naturalista, en la que la persona que la posee puede distinguir objetos, personas y animales diferentes y los sabe identificar. ¿Y si les proponemos crear nuestro propio zoo? Cada uno de ellos realizará el animal que más le guste y a la vez que se divierten estaremos promoviendo el trabajo cooperativo en la realización de un trabajo común del que todos se sienten partícipes.
¿Y las inteligencias lingüística e interpersonal?, el jugar con otros niños hace que se fomenten las relaciones sociales y que el niño aprenda cuestiones tan importantes como la empatía (ponerse en el lugar de los demás) o aprender a dialogar a través de la palabra .
Lo que está claro es que gracias al juego podemos fomentar muchas de las inteligencias que están latentes en nuestros hijos y que si sabemos desarrollar correctamente pueden ayudarles a construir su propio futuro.Pero, ante todo, lo más importante es que se diviertan y que disfruten con lo que están haciendo.
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