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Habreis oído muchas veces la famosa frase de la “subida de la leche”, y esto pLactancia maternauede llevar a dudas, puesto que si la leche tarda en “subir” de 2 a 5 días, ¿qué es lo que hay antes?¿Nada?
Y es qué el lenguaje puede jugar en nuestra contra y en la lactancia materna, casi todo juega en contra, porque antes de la “subida de la leche”, lo que hay es calostro y esos días son claves para el desarrollo de la lactancia.

La composición de la leche cambia conforme va avanzando la lactancia, para satisfacer las necesidades que tiene el bebé cuando nace. Va pasando de una leche nada grasa a una leche más grasa. Leer más

La lactancia materna es una de las cuestiones que más dudas nos plantea a la hora de ser madre, sobre todo si somos primerizas. La Asociación Española de Pediatría, en su Guía Práctica para padres da respuesta a muchas de estas cuestiones.

(Extraído de la Guía de la Asociación Española de Pediatría que podéis descargaros gratuitamente pulsando aquí)

1.- BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA

La alimentación con leche materna se asocia con una disminución de la incidencia y gravedad de enfermedades agudas y crónicas de los bebés amamantados y también tiene beneficios para la salud de las madres.

Beneficios a corto plazo para la salud del niño

Los nutrientes contenidos en la leche materna se digieren y absorben mejor que los contenidos en las leches artificiales. Por otro lado, la alimentación al pecho protege al niño frente a infecciones, ya que aporta factores de defensa y mejora la composición de la flora bacteriana intestinal, con predominio de bifidobacterias y lactobacilos, que participan en mecanismos de defensa frente a las infecciones. En comparación con niños alimentados a base de leche artificial, cuyo sabor no cambia, los niños alimentados al pecho experimentan una amplia variedad de olores y sabores, lo que puede facilitarles la aceptación de otros alimentos durante el destete.

 

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También se ha demostrado que la alimentación al pecho tiene un efecto analgésico (disminuyendo las respuestas del bebé a estímulos dolorosos agudos), y que reduce el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante y de padecer enterocolitis necrotizante neonatal (trastorno grave que afecta al tracto gastrointestinal).

Beneficios a largo plazo para la salud del niño

La lactancia materna disminuye el riesgo de maloclusión dental, ya que la succión del pecho favorece el desarrollo mandibular del niño.

Diversos estudios han demostrado un efecto protector de la lactancia materna frente a las enfermedades alérgicas, la obesidad, la celiaquía, la diabetes mellitus, la leucemia aguda, los linfomas y otros tipos de cáncer, como el tumor de Wilms.

Algunos componentes de la leche humana, como los ácidos grasos omega-3 y omega-6, y los oligosacáridos, cumplen una función importante en el desarrollo cerebral del niño y se han relacionado con el mejor desarrollo intelectual de los niños alimentados al pecho.

Beneficios a corto plazo para la salud de la madre

Mejora de las reservas de hierro: La oxitocina, hormona que se produce en respuesta a la succión del pezón, provoca una contracción del útero.

2.- ¿HASTA CUANDO SE PUEDE SEGUIR CON LA LACTANCIA MATERNA? 

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante 6 meses, seguida por la introducción de alimentos complementarios y la continuación de la alimentación al pecho hasta los dos años o más

 

3.- ALIMENTACIÓN DE LA MADRE LACTANTE

Se recomienda que tome suplementos de yodo (200 μg/día) durante el embarazo y la lactancia, y que consuma sal yodada para asegurar que el niño recibe un aporte adecuado de este mineral a través de la placenta y la leche materna. El yodo es necesario para la síntesis de hormonas tiroideas que intervienen en el desarrollo cerebral del niño. Las madres vegetarianas estrictas deben tomar suplementos de vitamina B12 durante el embarazo y la lactancia, para evitar el déficit de esta vitamina, que puede causar alteraciones neurológicas en el niño.

 

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La alimentación debe ser sana y equilibrada. Las madres vegetarianas estrictas deben tomar suplementos de vitamina B12 durante el embarazo y la lactancia, para evitar el déficit de esta vitamina, que puede causar alteraciones neurológicas en el niño.

El aporte de vitamina D a través de la leche materna no cubre los mínimos recomendados para asegurar  la mineralización ósea apropiada del bebé. La piel también puede sintetizar vitamina D bajo la influencia de la luz ultravioleta, aunque el estilo de vida actual, con pocas actividades al aire libre y empleo de protectores solares, limita la producción de vitamina D mediante esta fuente. Por ello, todos los lactantes menores de un año alimentados al pecho deben recibir un suplemento de 400 UI/día de vitamina D desde los primeros días de vida. Esta suplementación es especialmente importante en los niños con piel oscura (en los que la síntesis cutánea de vitamina D es menor), los hijos de madres vegetarianas estrictas, que restringen la ingesta de alimentos ricos en vitamina D, y los lactantes prematuros.

4.- CONTROL DEL PESO Y DE LAS MICCIONES DEL BEBÉ

Se recomienda controlar periódicamente el aumento de peso del lactante y el número de micciones, especialmente en las primeras semanas de vida. Si el niño se muestra contento, moja 5-6 o más pañales al día con una orina clara y diluida, es indicativo de una ingesta adecuada. Como patrón de referencia para valorar el peso conviene utilizar las curvas de crecimiento de la OMS (disponibles en: http://www. ihan.es/cd/graficas.html), elaboradas con niños alimentados al pecho, ya que el ritmo de crecimiento durante los primeros meses de vida es diferente al que se observa en los niños con lactancia artificial.

5.- ¿HAY QUE DAR AGUA O PONER EL CHUPETE? 

 

En condiciones normales, hasta los 6 meses está recomendado que el bebé tome sólo leche materna a demanda. No precisa agua ni otros líquidos. A partir de los 6 meses, cuando se empiezan a introducir otros alimentos, además del pecho es bueno ofrecerle agua en vaso de vez en cuando. Durante las primeras semanas de vida, hasta que la lactancia esté bien instaurada, no se aconseja emplear el chupete porque interfiere con la lactancia y puede ser la causa de grietas y dolor en el pezón.

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No se recomienda la utilización de chupetes en las primeras semanas, ya que puede interferir la lactancia materna

6- ¿Y SI TENGO GEMELOS? 

La lactancia materna en gemelos es posible, aunque entraña mayor dificultad. La cantidad de leche producida por la mama se adapta a las demandas, de manera que en las madres de gemelos se incrementa hasta casi el doble. Es aconsejable la lactancia simultánea, amamantando al mismo tiempo a los dos gemelos, ya que ahorra tiempo y disminuye la fatiga y el estrés materno. Para ello se pueden adoptar diferentes posturas, una de las utilizadas es la postura en balón de rugby, situando a cada bebé boca arriba, con el cuerpo por debajo de los brazos de la madre y los pies hacia fuera.

7.- SI ESTOY DANDO EL PECHO ¿PUEDO HACER EJERCICIO? 

El ejercicio físico tiene numerosos efectos beneficiosos en la salud materna: mejora la función cardiovascular y la mineralización ósea, ayuda a perder la grasa acumulada durante el embarazo, aumenta la fuerza y flexibilidad muscular, reduce el estrés y la ansiedad, aumenta la autoestima y produce sensación de bienestar. En madres previamente entrenadas, la práctica regular de ejercicio físico moderado no tiene ninguna repercusión negativa en la composición ni el volumen de leche. En cambio, el ejercicio físico intenso en mujeres sin entrenamiento previo puede disminuir el volumen de leche y aumentar su contenido en ácido láctico, que por su sabor amargo, podría provocar rechazo del pecho.

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En madres previamente entrenadas, la práctica regular de ejercicio físico moderado no tiene ninguna repercusión negativa en la composición ni el volumen de leche.

 

Si la madre quiere perder peso puede combinar una dieta con un aporte mínimo de 1.800 kcal/día y ejercicio físico, sin que se afecte al volumen ni la composición de la leche. En el puerperio inmediato no se aconseja la natación por el riesgo de endometritis. Durante la lactancia tampoco son recomendables los deportes en los que exista riesgo de traumatismos en la mama. Se puede practicar cualquier otro ejercicio siguiendo las siguientes recomendaciones: utilizar un sujetador de deporte, firme, preferiblemente de algodón; realizar un calentamiento previo e ir aumentando la intensidad del ejercicio progresivamente, sin llegar a tener sensación de fatiga; y tomar abundantes líquidos.

8.-CONSUMO DE TABACO, ALCOHOL Y CAFEÍNA DURANTE LA LACTANCIA

Durante el periodo de lactancia se debe evitar el consumo de estas sustancias. El lactante tiene reducida la capacidad para metabolizar el alcohol, por ello, el que recibe a través de la leche materna, aunque sea en pequeñas cantidades, puede tener un efecto negativo en su conducta, ritmo de sueño y desarrollo psicomotor. Si la madre consume alcohol, debe hacerlo en cantidades pequeñas (una caña de cerveza o un vasito de vino) y de forma esporádica (1 o 2 veces a la semana) procurando alejarlo de las tomas de pecho y evitando las bebidas de alta graduación, como ginebra, licores o whisky. La cafeína y otras metilxantinas contenidas en el café, té, refrescos con cafeína y chocolate, si se consumen en cantidades elevadas (más de dos bebidas con cafeína al día) pueden producir irritabilidad y trastornos del sueño en el niño. La nicotina disminuye la producción de leche y al pasar a la leche puede tener efectos adversos en el niño (baja ganancia de peso y/o mayor incidencia de cólicos del lactante).

Pero, aunque la madre fume se recomienda que mantenga la alimentación al pecho, ya que sus beneficios superan los riesgos. Debe seguir los siguientes consejos:

• No fumar dentro de la casa y mucho menos en el ambiente donde está el bebé, para reducir la exposición pasiva al humo del tabaco que aumenta la predisposición a padecer infecciones respiratorias y asma.

• Fumar lo menos posible.

• Fumar lo más alejado posible de cada toma, es decir fumar justo tras la toma. Los hijos de madre o padre fumadores o que consuman alcohol no deben dormir con sus padres en la misma cama (colecho), ya que tienen mayor riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante.

9.- FITOTERAPIA Y MEDICAMENTOS

Aunque a menudo se piensa que las plantas medicinales son inofensivas, la gran mayoría contienen principios activos que en muchas ocasiones no están estandarizados (no se sabe cuáles ni en qué cantidad) y pueden ocasionar toxicidad al bebé que toma el pecho. En cambio, no hay pruebas que demuestren que estas plantas medicinales, tomadas como tal o en infusión, aumenten la producción de leche.

Por otro lado, con relativa frecuencia las madres dejan de dar el pecho porque tienen que tomar medicamentos durante el periodo de lactancia, pero la mayoría de los fármacos son compatibles con la lactancia y en muy pocas ocasiones es necesario suspenderla, lo mejor es consultar siempre con su médico.

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Con relativa frecuencia las madres dejan de dar el pecho porque tienen que tomar medicamentos durante el periodo de lactancia, pero la mayoría de los fármacos son compatibles con la lactancia y en muy pocas ocasiones es necesario suspenderla

 

Como ejemplo de estas situaciones excepcionales en las que se debe suspender la lactancia, podemos citar: la quimioterapia y radioterapia en el tratamiento del cáncer. La lactancia materna también se debe suspender cuando sea necesario administrar a la madre isótopos radioactivos, con fines terapéuticos o diagnósticos. La madre puede extraerse la leche los días previos para dársela al niño durante esos días, hasta que pueda ponerlo nuevamente al pecho; la leche extraída mientras tenga isótopos radioactivos en su organismo debe ser desechada.

Otras pruebas de radiodiagnóstico, como las radiografías, la tomografía axial computarizada y la resonancia nuclear magnética (aunque requieran el empleo de medios de contraste) no contraindican la lactancia.

El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría ha publicado una guía rápida de compatibilidad entre medicamentos y lactancia materna bajo el título “Lactancia materna y medicamentos, una compatibilidad casi siempre posible” (disponible en: http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/ recomendaciones). También se pueden consultar dudas en www.e-lactancia.org, una página web de sencillo manejo, en español.

10. INCORPORACIÓN AL TRABAJO Y LACTANCIA

Para muchas madres la incorporación al trabajo fuera del hogar supone una dificultad para continuar amamantando a su bebé, en función del tipo de contrato, horarios de trabajo, otros familiares a su cargo, tipo de familia (monoparental, extensa, etc.), situación emocional, etc. pero no tiene por qué ser un impedimento. Puede extraerse la leche en casa o en el lugar de trabajo y que otra persona se la ofrezca al niño. Durante el tiempo que están juntos (fines de semana, noches…) es recomendable que lo ponga al pecho con frecuencia. En algunos casos, y si cabe la posibilidad, también podría contar con una persona que le lleve el bebé al lugar de trabajo para amamantarlo (durante la hora de lactancia o los descansos). El Comité de LM de la AEP ha elaborado un protocolo para la alimentación con leche materna en las escuelas infantiles  con recomendaciones sobre el procedimiento que se debe seguir para almacenar y administrar la leche materna en las escuelas infantiles en condiciones seguras.

11. PROBLEMAS FRECUENTES DURANTE LA LACTANCIA

Pezón plano o invertido

Ni el pezón plano (no sobresale al estimularlo) ni el pezón invertido (se retrae al apretar la areola) impiden la alimentación al pecho. Es importante informar a la gestante de que podrá dar el pecho a su hijo, aunque necesitará más ayuda y paciencia al inicio. Durante los primeros días, antes de poner al niño al pecho, se puede emplear un sacaleches, eléctrico o mecánico, bombeando suavemente hasta que el pezón salga.

 Dolor y grietas en el pezón

Esta complicación generalmente se presenta como consecuencia de una técnica inadecuada de lactancia, aunque también puede tener otras causas, como un frenillo lingual corto en el bebé. Para reducir las molestias se recomendará a la madre que ofrezca el pecho menos dolorido primero, ya que la succión es más vigorosa al principio, y que mantenga el pezón seco, exponiéndolo al aire después de cada toma. También puede ser útil aplicar sobre la grieta leche exprimida del mismo pecho, dejándola secar al aire. Es importante que un profesional observe una toma para ver la técnica de amamantamiento y la posición del bebé, y corregir los errores. Hay que conseguir que abarque con la boca una gran parte de la areola y no sólo el pezón.

Ingurgitación

Se presenta como consecuencia de una retención de leche en los conductos mamarios que se prolonga durante varios días, produciendo sensación de tensión, dolor, enro-  jecimiento y calor en las mamas. No hay fiebre, ni sintomatología general. Al distenderse la areola se borra el pezón, lo que dificulta que el niño se agarre bien al pecho y produce dolor y grietas en el pezón, entrando en un círculo vicioso que puede llevar a la mastitis (ver más adelante). Antes de poner al niño al pecho, para facilitar la salida de la leche, se puede aplicar calor local y masaje y extraer un poco de leche, de forma manual o con sacaleches, para disminuir la tensión de la areola, de forma que quede blanda y así se facilite el agarre. También se debe aumentar la frecuencia de las tomas y, si es necesario, completar el vaciado mediante extracción manual o con sacaleches. La aplicación de frío local entre las tomas (mediante compresas de gel frío o bolsas de hielo envueltas en una toalla), por su efecto vasoconstrictor y antiinflamatorio, reduce la ingurgitación y alivia el dolor.

Mastitis

La mastitis consiste en una inflamación de uno o varios lóbulos de la mama, que puede acompañarse o no de infección. Se manifiesta por dolor intenso y signos inflamatorios (enrojecimiento, tumefacción, induración) en un cuadrante de la mama, (dependiendo del lóbulo afecto) y síntomas generales que se pueden confundir con un cuadro gripal: fiebre, escalofríos, malestar general, cefaleas, náuseas y vómitos. El tratamiento de estos cuadros debe iniciarse precozmente, en las primeras 24 horas, para reducir el riesgo de complicaciones (absceso mamario, mastitis recurrente).

No está indicado suspender la lactancia materna, ya que la infección no se transmite al niño y se ha demostrado que si se mantiene la alimentación al pecho mejora la evolución de la mastitis. La madre puede ofrecer primero el pecho sano, para poner en marcha el reflejo de eyección y que le resulte más fácil sacar después la leche del pecho afecto. Se deben seguir los consejos citados en el apartado anterior (“Ingurgitación”) y guardar reposo en cama.

Si con esas medidas no se produce una mejoría clara del cuadro en 12-24 horas, debe ponerse en contacto con su médico, ya que puede ser necesario administrar antibió- ticos.

Producción insuficiente de leche

El motivo más frecuente dado por las madres para el abandono precoz de la lactancia es la producción insuficiente de leche. La verdadera hipogalactia o incapacidad para producir suficiente leche, por insuficiencia del tejido glandular o por déficit de prolactina es poco frecuente (menos del 2 % de las mujeres).

En la mayoría de los casos se trata de una impresión subjetiva de la madre que interpreta mal el llanto del niño, atribuyéndolo erróneamente a que se queda con hambre. En otros casos se trata de un episodio de disminución transitoria de la secreción láctea, que puede guardar relación con situaciones de fatiga o estrés emocional o con periodos en los que el niño experimenta brotes de crecimiento, por lo que la producción de leche materna queda por debajo de sus demandas.

Estos episodios, que se conocen como “baches de lactancia” o “crisis de crecimiento”, se suelen presentar en torno a las 3 semanas, al mes y medio y a los 3 meses. Durante esos días los bebés se muestran inquietos, reclaman el pecho más a menudo, lloran, etc. Para superar estas crisis la madre debe amamantar de forma frecuente (8 o más veces al día), no limitar la duración de la toma (la leche del final de la toma tiene más grasa, y por tanto más calorías) y evitar el empleo de biberón, ya que si en lugar de ofrecer el pecho le da biberón, disminuirá su producción de leche y empeorará la situación.

También es importante que procure estar cómoda durante la toma, intente dormir mientras el niño duerme y disponga de dos periodos de descanso a lo largo del día, de una hora de duración, para recostarse, oír música, leer o cualquier otra actividad que le relaje.

Es conveniente que contacte con otras madres que hayan tenido experiencia en lactar, ya que sus comentarios y consejos pueden ayudar a resolver dudas o dificultades y aumentar la confianza en la lactancia.

Rechazo del pecho.

En algunas ocasiones el bebé sólo quiere comer del mismo pecho y rechaza el otro. Esto puede obedecer a que tenga molestias al apoyar la cabeza cuando se le ofrece uno de los pechos, por dolor de oído, fractura de clavícula, vacunación, hematoma en la cabeza tras el parto, etc. Otra posible causa es que el pezón del pecho que rechaza sea plano o demasiado grande y no quepa en la boca del niño, o que la madre tenga una mastitis, lo que condiciona un cambio en el sabor de la leche. Si el bebé rechaza ambos pechos, las posibles causas son:

• Cambios en las rutinas: incorporación de la madre al trabajo, mudanza, viaje, inicio de la guardería…

• Un ruido fuerte o un movimiento brusco mientras el bebé estaba mamando.

 

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• Cambio en el sabor de la leche.

• Cambio en el olor de la madre, por el empleo de nuevos jabones, perfumes, desodorantes, por sudor excesivo…

Se recomendará a la madre que haga mucho contacto piel con piel, cambie la posición para amamantar y le ofrezca el pecho antes de que el bebé dé muestras de hambre (cuando “busque”, gruña o se chupe los dedos, sin esperar a que llore de hambre), o incluso cuando esté adormecido, pues de esa forma mejora la aceptación.

También es conveniente que se saque la leche del pecho que rechaza (con un sacaleches) para no provocar ingurgitación y no disminuir la producción de leche.

Mordiscos

Los niños pueden morder por diferentes razones: dolor, incomodidad, descubrir para qué sirven los dientes… Se puede recurrir a diferentes métodos para hacerle entender que esto es molesto y duele y que si sigue haciéndolo no podrá continuar alimentándose al pecho, como por ejemplo, cuando muerde quitarle el pecho de la boca y decirle “NO”, de manera seca y clara, poniendo una expresión en la cara muy seria.

 

12. ¿CÓMO SE TIENE QUE HACER EL DESTETE?

No existe ninguna evidencia científica que demuestre que en una determinada edad se deba realizar el destete completo. La decisión la debe tomar la madre teniendo en cuenta sus necesidades y las de su hijo.

Cuando llegue el momento del destete, es mejor realizarlo de forma progresiva y lenta, para evitar problemas tanto al bebé como a su madre. Los siguientes consejos pueden ayudar en este proceso, en función de la edad del bebé:

• Acortar la duración de las tomas y pactar una demora, alargando cada vez más el intervalo entre las tomas, con condiciones como: te daré el pecho cuando termines la comida, cuando vayas a dormir, sólo en casa, etc.

• Si insiste en tomar el pecho distraerlo con juegos, canciones, leer un cuento, etc.

• Ofrecer al niño alguna explicación de por qué “ahora no se puede” (mamá está cansada…).

• Darle más muestras de cariño durante el proceso de destete (besos, abrazos, caricias, etc.).

 

RECOMENDACIONES FINALES

 

• La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, y acompañada de alimentos complementarios apropiados hasta los 2 años de edad o más. El destete se debe realizar, de forma gradual, cuando la madre y/o el hijo lo decidan.

• La lactancia materna tiene un efecto protector frente a múltiples enfermedades agudas y crónicas, mejora el desarrollo cognitivo y el ajuste social a largo plazo del bebé y también aporta beneficios a la madre.

• Durante el periodo de lactancia la madre debe mantener una dieta variada y equilibrada. Se recomienda el consumo de sal yodada y los suplementos de yodo, así como evitar los alimentos y bebidas con cafeína, el alcohol y el tabaco.

• No se deben administrar suplementos de biberón excepto si existe una indicación médica para hacerlo. Tampoco se deben utilizar tetinas o chupetes hasta que la lactancia materna esté bien establecida.

• La lactancia materna y el ejercicio físico son compatibles. Las madres que deseen perder peso pueden combinar la práctica de ejercicio físico con una restricción calórica moderada, sin que tenga efectos negativos sobre la lactancia.

• Todos los lactantes deben recibir suplementos de vitamina D, especialmente si se dan situaciones de riesgo de desarrollar déficit de esta vitamina: niños con piel oscura, inadecuada exposición a la luz solar, hijos de madres vegetarianas estrictas y lactantes prematuros.

• El padecimiento de algunas enfermedades en la madre o el niño requiere una valoración individualizada, considerando los grandes beneficios de la lactancia materna frente a los posibles riesgos. En la práctica son muy pocas las situaciones que contraindican la lactancia.

• Cuando ocurre una ingurgitación, o una mastitis, se debe mantener la lactancia materna, ya que no tiene efectos adversos, ofrece claros beneficios para el niño y reduce el riesgo de complicaciones en la madre.

• La succión del pezón y el vaciamiento de la mama son los dos mecanismos más importantes para asegurar una producción adecuada de leche. Para superar un bache de lactancia se aconsejará a la madre que amamante con frecuencia, en una habitación tranquila, que aumente el periodo de descanso y contacte con madres o grupos de apoyo.

Entre el 4 y el 10 octubre se celebra la Semana Europea de la Lactancia Materna, bajo el lema Amamantar y trabajar ¡logremos que sea posible!, y el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (CLM-AEP) ha aprovecha para hacer pública una encuesta que señala que más de la mitad de las mujeres suspende la lactancia materna cuando deben incorporarse a sus puestos de trabajo.

Según los datos de esta encuesta a nivel nacional realizada por el CLM-AEP, con la colaboración de otras asociaciones profesionales, a más de 500 madres con hijos menores de dos años, el 55,1% de las mujeres suspendió la lactancia materna de cara a su reincorporación laboral, mientras que el 23,1% inició la alimentación mixta con su bebé, es decir, lactancia materna combinada con leche de fórmula. La mitad de las mujeres encuestadas consideraba que la vuelta al trabajo había afectado “mucho o bastante” en la continuidad de la lactancia. La falta de tiempo y la incompatibilidad de horarios fueron los dos aspectos más destacados por las madres como los principales factores influyentes en las suspensión o reducción de la lactancia materna. El 9,6% de las encuestadas inició la alimentación complementaria (fruta, verduras y carne) y tan solo el 7,8%  mantenía en exclusiva la lactancia materna.

El Comité de Lactancia Materna de la AEP ha quuerido subrayar los “demostrados” beneficios que para la salud de madre e hijo supone mantener esta alimentación durante al menos los seis primeros meses de vida del bebé. En este sentido, la doctora Marta Díaz, coordinadora de dicho comité, asegura que “en nuestro país queda un largo camino por recorrer. La reincorporación de la mujer a las 16 semanas de dar a luz dificulta, en numerosas ocasiones, mantener de manera exitosa la lactancia materna debido a que las empresas no tienen conciencia de que favorecer la lactancia materna está estrechamente ligado con una mayor productividad laboral en las mujeres”.

 

Beneficios madre-hijo

Los beneficios de la lactancia tanto para la madre como para el bebé están “más que demostrados” asegura la doctora. En este sentido, cabe recordar que ésta reduce el riesgo de diabetes, cáncer de ovario y cáncer de mama en caso de la madre, además de proporcionar una mayor estabilidad emocional en la madre a la hora de regresar al trabajo y menos absentismo laboral puesto que la lactancia contribuye a una mejor salud de ambos (madre e hijo). En el caso del bebé reduce el número de infecciones gastro-intestinales, otitis, infecciones respiratorias bajas severas,  y minimiza las posibilidades de muerte súbita del lactante, al tiempo que reduce las posibilidades de padecer obesidad, dermatitis atópica,  y asma en los más pequeños. 

La creciente tendencia a prolongar la lactancia materna más allá del periodo de baja maternal, crea la necesidad de combinar lactancia y trabajo de una manera práctica y satisfactoria. Cuando una empresa facilita que las mujeres puedan mantener la lactancia materna de su hijo, está contribuyendo a potenciar los beneficios que la lactancia conlleva para el niño, la madre y para la propia empresa. Una mujer que recibe apoyo y comprensión en su empresa a la hora de proseguir con la lactancia materna muestra “un mayor grado de compromiso y fidelidad hacia la compañía que la cuida y comprende, además, se da un mayor índice de incorporación laboral tras la maternidad entre las mujeres que encuentran apoyo en sus lugares de trabajo y una disminución del absentismo laboral por cuidado de hijos”.

 “Todos ganan en un entorno que apoya la lactancia materna: empresa, sociedad y familia”, resume la doctora Díaz. En opinión de la doctora, “promover la lactancia materna ha de ser una política prioritaria de salud pública ya que mejora la salud global y reduce el gasto sanitario al disminuir el riesgo de numerosas enfermedades, mejora la imagen corporativa de la empresa como compañía responsable, reduce la pérdida de trabajadores cualificados por causa de la maternidad y favorece la pronta incorporación de la mujer a su trabajo”. 

En este sentido, el Comité de Lactancia recomienda a las empresas proporcionar periodos de descanso para que las madres puedan amamantar a su hijo o extraerse leche y disponer de espacios adecuados e íntimos para este fin; facilitar otras opciones para compatibilizar lactancia y trabajo, como flexibilidad en los horarios de trabajo, jornada parcial, realizar parte del trabajo desde casa, etcétera, e informar a las madres embarazadas y a todos los empleados de que existen estas políticas de apoyo a la lactancia materna en la empresa.

Por su parte, la AEP ha desarrollado una aplicación móvil que ofrece contenidos específicos adaptados a la edad del lactante, información práctica, actualizada y concisa sobre lactancia materna.

El objetivo fundamental de la Semana Europea de la Lactancia Materna (SMLM) es aunar esfuerzo de todos los sectores para facilitar que las mujeres puedan trabajar y amamantar en todo lugar y fomentar el desarrollo de acciones por parte de las empresas acordes con las mujeres y sus familias que apoyen activamente a las madres trabajadoras para que continúen amamantando.

«Lactancia Materna» es una nueva app desarrollada por la Asociación Española de Pediatría

Cuando somos madres, una de las cosas que más nos preocupa es el tema relacionado con la lactancia materna. ¿Cuándo me subirá la leche? ¿Tiene suficientes calorías para alimentar al bebé? ¿Hasta cuando puedo seguir dándole el pecho?

Para resolver esta y otras muchas dudas el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría ha lanzado una aplicación gratuita para dispositivos móviles, con información y noticias actualizadas y fáciles de consultar para padres, profesionales e integrantes de grupos de apoyo.

La aplicación cuenta con numerosos apartados:

  • Imágenes y explicaciones teóricas sobre la lactancia
  • Problemas relacionados con la lactancia
  • Podemos completar datos del bebé como las veces que hace pis, las tomas que hace o el peso de nuestro bebé para posteriormente ver en gráficas cómo va evolucionando.
  • Recomendaciones
  • Falsos mitos que podemos encontrar sobre la lactancia
  • Últimas noticias

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La app está disponible para sistemas iOS (iPhone, iPad) y Android. Aquí tenéis un pequeño vídeo donde podéis ver su sencillo funcionamiento

Hoy os voy a contar mi experiencia con la Lactancia Materna.

En primer lugar deciros, que yo soy defensora  de la lactancia materna mientras se pueda y la madre quiera.  En mi caso, con mi primera hija , en el hospital recibí la visita de varias integrantes de la Liga de la Leche para informarme de los beneficios de la leche materna.

Los primeros días los recuerdo como un auténtico estrés. Parece ser que todo el mundo tiene asumido que el hecho de dar el pecho es una cosa facilísima y si no puedes a la primera parece que ya no vales o que eres una mala madre por no hacerlo bien . O por lo menos esa es la sensación que me dio a mí.

La niña se «enganchaba» bien al pecho pero se quedaba dormida así que la leche tardó casi una  semana en subir. Cada vez que me ponía a dar el pecho era la expectación: toda la familia podía opinar sobre ello: que si no tienes leche, que si la coges mal, que tu leche no vale y la niña no la quiere… y cientos de tonterías por el estilo que no hacían más que estresarme aun más.

A medida que pasaban los días la situación se iba complicando ya que la niña iba perdiendo peso y todavía no había subido la leche. Ya creía que nunca iba a poder dar el pecho así que mi frustración como madre primeriza y los comentarios de amigos, vecinos, conocidos, familiares, como expertos en el tema de la lactancia materna me hacían hundirme cada vez más.

Mi hermana mayor 🙂 me ayudó bastante y me recomendó (y es lo mejor que podéis hacer) dar el pecho a solas. Es el momento de disfrutar de tu bebé y nadie tiene por qué convertir ese momento de felicidad en un suplicio.

A partir del quinto día me subió la leche y di el pecho durante 6 meses (cuando me incorporé al trabajo ya era imposible compaginar los horarios con la lactancia materna y fui dejándolo poco a poco).

Cuando tuve a la segunda tenía muy claro que no iba a pasar por el estado de ansiedad que viví con mi primera hija y decidí que no iba a estresarme. (A mí me habían criado sin lactancia materna y tampoco había sido tan traumático). Desde el primer día la niña se enganchó al pecho y tenía fuerza por lo que estuve dando el pecho hasta los 10 meses. Al igual que con el tercero, estuve dando el pecho hasta que me incorporé a trabajar.

Es verdad que cada caso es un mundo y, en el tema de la lactancia materna hay millones de opiniones. Mi experiencia me ha demostrado que:

Todas las mujeres podemos dar el pecho.  El entorno muchas veces es un foco de presión para dejar de dar el pecho (en cuanto el bebé empieza a perder peso se crea el miedo a que le pueda pasar algo). Hay que dejar un tiempo de adaptación tanto a la madre como al bebé.

También se tiende a decir que si tienes poco pecho el bebé no va a estar alimentado y al contrario.  En mi caso esto nunca ha sido un impedimento, incluso mis hijos en sus primeros meses no han necesitado ser ayudados por ningún complemento a pesar de que la gente diga que se quedan con hambre porque se llevan las manos a la boca (se ha demostrado que esto es un movimiento instintivo).

Además, ¿Sabíaís que?….

La leche materna no solo es diferente en cada mujer si no que también depende de:

  • Tiempo de la madre
  • Edad del bebé
  • Grupo sanguíneo de la madre
  • Si el bebé es niño o niña (si es niño tiene más calorías)
  • Tiempo que se tarda en la lactancia
  • A día de hoy no hay ninguna leche que tenga los mismos elementos que tiene la leche materna.

Seguramente cada una de vosotras haya tenido una experiencia diferente cuando ha llegado el momento de dar el pecho. Desde @Trucosdemamás os invitamos a que compartáis esta experiencia ya que seguramente sea de utilidad para todos nosotros.

unnamed (2) El tema de la lactancia es un tanto conflictivo, sobre todo si eres primeriza, porque todo el mundo opina a tu alrededor, pero realmente muy pocas personas se preocupan en saber tu opinión. Cuando estaba embarazada una de las preguntas que más me repetía la gente era «¿vas a dar el pecho?» y a mi me cabreaba, porque lo primero que quería era que todo saliese bien, y luego ya me preocuparía en pensar si le daba el pecho o no. Tenía claro que si se lo podía dar se lo daría para protegerle, pero realmente me preocupaban más otras cosas.

Ya me había advertido mi hermana que no me estresase con el tema porque ella lo había pasado mal, y afortunadamente me recomendaron el libro del pediatra Carlos González «Un regalo para toda la vida», del que sobre todo aprendí que la mayoría de las mujeres pueden dar el pecho y que son muy pocos los casos en los que no se puede dar por diferentes razones. Sabía que a la hora de la verdad surgirían alrededor las típicas frases «tu leche no le alimenta», «dale el biberón que tiene hambre», «este niño no crece tu leche es agua» y mil y una más que hacen que muchas madres nos planteemos pasarnos al biberón por el supuesto bien de nuestros hijos.

Estuve 1 año dándole el pecho y se puso malo muchas veces, pero no me arrepiento para nada de la experiencia. Luego me di cuenta que el niño muchas veces quería pecho solo para estar a mi lado.

El caso de mi hija fue diferente. A los tres meses se negó en rotundo a tomar pecho, cada vez que la ponía no se enganchaba y lloraba. La «intenté obligar», pero nada no pude, así que le dí el biberón. Me gustaría haberle dado más el pecho, pero no me siento culpable de haber pasado al biberón más pronto, de hecho se ha puesto mala muchas menos veces que el niño.

 

 

 

La revista científica «The Lancet» señala en un reciente estudio que la lactancia materna podría estar relacionada con el nivel de inteligencia

 

Son muchos los estudios que avalan los beneficios de la leche materna, pero ahora se ha sumado uno más que está relacionado con un mayor coeficiente intelectual en los niños que han tomado leche materna y los que no.

Eso se desprende de un estudio publicado por la revista The Lancet en el que se afirma que la lactancia materna podría tener relación con una mayor inteligencia en los niños y quizás efectos un importante efecto en la vida adulta, ya que influiría en un mayor nivel educativo y sueldo.

El estudio se puso en marcha en el año 1982 en Brasil, registrando los datos de los bebés que habían sido alimentados con leche materna y el tiempo. 30 años después se midió el coeficiente intelectual, nivel de educación e ingresos de los participantes, llegando a la conclusión que los bebés que habían sido amamantados durante 12 o meses o más tenían un coeficiente intelectual más alto que, por ejemplo, los que solo habían sido amamantados durante un mes.

Este coeficiente intelectual más elevado a la larga repercutiría en un nivel educativo más alto y en mejores sueldos.

Podéis encontrar el estudio completo en:

http://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(15)70002-1/fulltext