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Ya os proponíamos en otro post que una de las actividades que podéis hacer con los niños en Madrid o en cualquier otra ciudad en verano es visitar un museo. Pues bien nosotros hemos visitado el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

Si una ventaja tiene Madrid es la gran variedad de museos que tenemos. No todos son adecuados para niños muy pequeños, pero éste desde luego sí que lo es. Estuvimos con niños de 4 y 6 años y se lo pasaron muy bien. Es cierto que aún son pequeños pero cuando se trata de animales… es increíble cómo prestan atención y se quedan con todos los datos.

Nuestra visita duró una hora y media y solo nos centramos en la colección permanente, en particular de animales: anfibios, reptiles, aves y mamíferos.

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Cebras en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y lo que más les gustó a los peques fueron los dinosaurios que, por cierto, están en otro edificio al lado del principal. Los impresionantes esqueletos de dinosaurios, algunos enormes, les encantaron.

Esqueletos de dinosaurios en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid

Esqueletos de dinosaurios en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Los dinosaurios son los favoritos de los niños en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y precisamente con ellos pudieron pasar un rato divertido y diferente gracias a unas pantallas interactivas que permiten poner un dinosaurio en las manos. Los peques fliparon…

Por lo demás la visita es bastante tradicional, no hay mucho contenido multimedia, salvo una pequeña sala de proyecciones donde se emite un documental sobre los planetas, que también les gustó bastante.

El Museo de Ciencias Naturales de Madrid ofrece una visita didáctica a los niños.

El Museo de Ciencias Naturales de Madrid ofrece una visita didáctica a los niños.

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos prácticos:

El museo de Ciencias Naturales se encuentra en el Paseo de la Castellana, a la altura de Nuevos Ministerios, en concreto en José Gutiérrez Abascal, 2. Los fines de semana es fácil aparcar aunque es zona azul. También hay varios autobuses que dejan cerca y el metro/cercanías de Nuevos Ministerios.

Tarifas: la entrada general cuesta 7 €, los menores de 3 años no pagan y entre 4 y 16 años pagan 3 €. También hay tarifas especiales para familias numerosas y parados.

Horarios: en verano los sábados y domingos solo abren por la mañana hasta las 15h. El resto de días de 10 a 17h, excepto lunes, que está cerrado.

 

¿Conocéis este museo? ¿Lo habéis visitado alguna vez?

 

Desde TRUCOS DE MAMÁS queremos proponeros una escapada muy especial en familia a tierras vallisoletanas, concretamente a Mayorga, donde se encuentra un museo único en España, el museo del pan. Una aventura para los más pequeños donde podrán sentirse panaderos por un día.

El museo se encuentra en la hermosa iglesia de San Juan junto a la ribera del Cea. Allí descubriremos el mundo de los cereales, los veremos crecer, los podremos oler y tocar. Nos adentraremos en la molienda conociendo la historia de los molinos y su funcionamiento; conoceremos los secretos de la panificación y veremos como funciona un horno… Nos sorprenderán curiosidades y leyendas sobre el pan e, incluso, haremos de panaderos por un día y nos llevaremos un pan hecho por nosotros mismos.

Si quieres ampliar la información respecto a tarifas, horarios y talleres no dudes en visitar la web de turismo de la provincia de Valladolid. Ahí encontrarás todo lo que necesitas saber.

Pero, además de este espacio único, Mayorga cuenta con muchos atractivos turísticos que no puedes dejar de visitar si decides realizar una escapada a Tierra de Campos. Recorriendo sus calles nos encontraremos con iglesias mudéjares del siglo XV, casas y palacios con bellos escudos o con el buzón más antiguo de España. Ni más ni menos que del año 1793.

Si decides visitar Mayorga el 27 de septiembre, podrás asistir a una fiesta única. Desde la iglesia neorrománica de Santo Toribio de Mogroviejo parte este día la procesión de El Vítor. Una noche de fiesta entre religiosa y profana, donde todo el pueblo va vestido con sacos, cantando y llevando unas pértigas que sostienen pellejos de vino ardiendo. ¡Una fiesta para grandes y pequeños!