Hace unos días recibimos el reto de los laboratorios Boiron expertos en Homeopatía para convertirnos en Embajadoras de la vida sana y contar cómo TRUCOS DE MAMÁS “Cierra la puerta a la Gripe” . Este año este objetivo ha sido difícil porque la gripe eha sido bastante dura. Además, todos los que sois papás habréis comprobado que un pequeño catarro en nuestros hijos se convierte en un gripazo para nosotros que puede durarnos semanas.
En mi caso (tocaré madera) llevo varios inviernos esquivando a la temida gripe con 3 premisas: alimentación, deporte y agua.
Con 3 niños es casi imposible llevar una vida normal porque es verdad que cuando te conviertes en madre toda tu vida pasa a un segundo plano y te olvidas de ti misma. Cuando tuve a mi primera hija dejé toda mi vida de lado y me notaba bastante decaída y sin fuerzas.
No se si os sonará familiar, pero al ser primeriza estaba pendiente todo el rato de darle el pecho, cambiar al bebé, mirar si lloraba y miles de cosas que ahora viéndolo en la distancia llenaban mi tiempo de una manera inútil. Recuerdo que ese primer año tuve una gripe monumental que me duró todo el invierno. A esto le añadí una infección de garganta que se complicó y alargó aún más la historia.
La doctora del centro de salud me decía que como iba a durarme una gripe tanto, que no era normal. Pero todo tenía una explicación: la alimentación que llevaba era pésima (atacaba la nevera cada dos por tres ) y me daba igual comer una cosa que otra. Mis rutinas habían desaparecido por completo.
Una mañana salí a desayunar con una prima que también estaba embarazada. Nos pusimos a hablar y nos dimos cuenta de que teníamos las 2 el jersey lleno de manchas y ninguna nos habíamos percatado de ello. Esto fue el principio del fin.
Desde entonces me dedico a cuidar un poco más de mí (cada vez que puedo). Por las mañanas me levanto media hora antes que las niñas y me tomo tranquilamente mi desayuno con fruta o zumo natural y mis tostaditas de pan con aceite y tomate. Para mi es sagrado y creo que desde entonces mi cuerpo me lo ha agradecido… jeje.
Conseguir empezar a hacer deporte fue una tarea más difícil. El problema es que al principio no sacaba ni un minuto para poder ir al gimnasio o salir a correr asi que practicaba el «sillón ball». Pero saliendo a hacer running sé que mi cuerpo se encuentra con más positividad y energía y esto es un factor fundamental a la hora de evitar enfermedades.
En mi caso antes de tener hijos yo era de las personas que nunca se ponían malas: no sabía qué era la gripe (incluso pensaba que la gente exageraba un poquito cuando contaban que estaban malísimos) y si alguna vez tenía fiebre no pasaba de los 37.5 grados, me metía en la cama y al día siguiente aparecía como nueva.
Todo esto cambió radicalmente cuando nació mi primer hijo. El nació casi en invierno con lo que cada dos por tres me tenía que estar levantando de la cama para darle el pecho, cambiarle etc. Si a esto unimos el estrés de madre primeriza, más la falta de tiempo para preparar comidas saludables el resultado fueron tres bronquitis a lo largo del año.
Yo seguía con este ritmo de vida (porque mi hijo seguía despertándose cada dos por tres), y me quedé embarazada de la segunda. Cuando estaba embarazada tuve principio de neumonía, tuve que tomar antibióticos y me asusté bastante. Me duró un mes en el que casi no me podía mover y sentía que me ahogaba.
Este año “me tocó la lotería” y he tenido gripe. Como os digo nunca la había tenido y realmente te deja hecho polvo. Me duró casi dos semanas con fiebre de 38.5 que no se curaba. La doctora me dijo que este año estaba siendo especialmente virulenta porque la vacuna que suele ponerse mucha gente no había hecho el efecto esperado y la propagación era mayor. A esto se une el que tienes que seguir con tu ritmo diario, llevar a los niños al cole, trabajo, recogerles, jugar con ellos, con lo que creo que el proceso de curación todavía se ralentiza más, porque no puedes descansar.
Estuve tan hecha polvo que a partir de ese momento he intentado adaptar hábitos de vida que me alejasen de las bronquitis, a las que soy propensa en invierno. Sobre todo he cambiado mi alimentación, intentando incorporar frutas con vitamina C como las naranjas, mandarinas o fresas en mi dieta. Siempre he hecho deporte, y creo que es lo que me ha salvado de muchas enfermedades. Siendo madre es difícil encontrar un hueco para practicarlo, pero un día es para mí, dejo a los niños con su padre y salgo a correr.
También parece una tontería pero me he comprado una bata para cuando tengo que salir por las noches porque los niños me reclaman, no coger frío.
Y por último tomo miel todos los días (también la echo en los biberones de los niños en invierno). Ya os contamos que a partir del año la pueden tomar sin problemas y es una fuente enorme de vitaminas contra los resfriados.
Y vosotros, ¿qué habitos saludables lleváis a cabo para evitar la temida gripe?